Los votantes socialistas son los menos movilizados a 48 días para los comicios. Las marcas a la izquierda del PSOE tienen solo cuatro días para llegar a un acuerdo
Escenarios de unión o separación de izquierdas
El PP ganará las elecciones generales del 23 de julio, pero no podría gobernar si Yolanda Díaz lograse agrupar a Podemos en Sumar, según una encuesta del instituto 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER. El sondeo, con una muestra de 800 entrevistas, se realizó entre el 31 de mayo y el 1 de junio, tras los comicios autonómicos y municipales, y manejando ambos escenarios: el de la unión y el de la fragmentación de la izquierda. Si Sumar y Podemos concurriesen por separado en julio, el PP y Vox sumarían 177 escaños, uno más de los que marcan la mayoría absoluta en el Congreso, mientras que el PSOE se quedaría en 111, Sumar en 22 y Podemos en 3. Si acudiesen juntos a las urnas, el bloque de la derecha sumaría 169 representantes, que si se añade el escaño de UPN serían 170, y la izquierda reuniría 148. El líder socialista, Pedro Sánchez, podría salir investido por mayoría simple (más síes que noes) en segunda votación reuniendo los apoyos de al menos otros 23 diputados. La única fórmula para lograrlo sin el apoyo de Bildu (que según el sondeo, obtendría 4 escaños el 23-J) sería sumando los votos a favor de ERC (9), Junts (8) y PNV (6). Sumar y Podemos tienen solo cuatro días para cerrar un acuerdo. Puede consultar aquí todos los datos de la encuesta.
En un escenario de unión de las marcas a la izquierda del PSOE, el PP, que aglutina la mayor parte (53,9%) del voto de Ciudadanos en 2019 —el partido ha renunciado a concurrir en estas generales tras sucesivos fracasos electorales—, ganaría las elecciones con un 32,3% de estimación de voto, 11,3 puntos porcentuales más que en las elecciones de 2019, mientras que los socialistas (27,2%) perderían un punto desde las anteriores generales. Sumar y Podemos reunirían juntos el 15,6% del voto y desplazarían a Vox (13,6%) como tercera fuera política en el Parlamento.
En ese escenario de unión de la izquierda, el PSOE reduce su transferencia de votos al PP (6,6%), casi un 8% de sus apoyos en 2019 elegirían ahora la opción Sumar y Podemos, y un 6,4% está indeciso. La fuga de apoyos del PP a Vox se sitúa en el 9,5%. El partido de Santiago Abascal se llevaría, además, un 10,6% de los antiguos votantes de Ciudadanos. Entre los que en 2019 eligieron la papeleta de Unidas Podemos, un 77,5% elegiría ahora la de la coalición con Sumar, un 13,1% preferiría al PSOE y el 4% aún no lo tiene claro. En el caso de los votantes de Más País, ya integrados en la marca que encabezará Yolanda Díaz, el 63% se decantaría por Sumar y Podemos y el 24,4% apoyaría a los socialistas. Si la izquierda acudiese dividida a las urnas el 23 de julio, habría más votantes socialistas de 2019 que ahora se decantarían por el PP (7,2%) que por Sumar (5,4%) y por Podemos. Los que en los pasados comicios apoyaron al partido entonces encabezado por Pablo Iglesias repartirían sus votos de la siguiente manera: un 24,9% elegiría a Podemos, un 42,8% preferiría a Sumar y un 18,2% optaría por el PSOE.
La desmovilización de la izquierda
La encuesta muestra que la derecha está mucho más movilizada que la izquierda. El porcentaje de la población general que asegura que irá a votar con toda seguridad el 23 de julio es del 58,5%. Entre los que en 2019 eligieron al PP, sube al 75,1% y entre los que escogieron la papeleta de Vox, al 80,7%. Mientras, solo el 61% de los que optaron por el PSOE en los anteriores comicios generales afirman que van a votar con toda seguridad, aunque los porcentajes suben notablemente entre los que entonces votaron a las marcas a su izquierda: hasta el 77% de movilización en el caso de los que optaron por Más País y hasta el 74,1% entre los que prefirieron a Unidas Podemos. Los expertos consultados por EL PAÍS opinan que uno de los principales objetivos del adelanto electoral anunciado por Sánchez el pasado lunes es precisamente combatir esa desmovilización del electorado de izquierdas tras el vuelco electoral de las municipales y autonómicas, propiciado, en gran medida por la caída de Podemos, que solo puede aspirar a revalidar su presencia en uno de los seis gobiernos autónomos de los que formaba parte: Navarra.
El PSOE quiere aprovechar la negociación de pactos poselectorales entre el PP y Vox para animar a su espacio político a acudir a las urnas para evitar un Gobierno de la derecha y la extrema derecha en España. El diario británico The Guardian firmaba el jueves un editorial en el que asegura que Europa en su conjunto necesita que “la jugada” de Sánchez salga bien para que la derecha radical no colonice otro Gobierno más. Consciente de esos discursos, el PP trata de postergar la negociación de los pactos con Vox para que no afecte a sus resultados en las generales de julio, pero los ayuntamientos se constituyen el 17 de junio y los parlamentos autonómicos, a partir del 13 de ese mes. Al igual que hizo tras las elecciones de Castilla y León, el primer Gobierno en el que está presente Vox, gracias a un pacto con los populares, Alberto Núñez Feijóo insiste en que los territorios deciden. Pero como líder del PP podría vetar acuerdos con la extrema derecha y en todo caso, manifestar su opinión al respecto, algo que no ha hecho más allá de decir que aspira a gobernar en solitario.
Pese al reciente vuelco institucional tras las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo, en las que siete de las 10 comunidades presididas por el PSOE pueden pasar a la derecha, la media de la población se sitúa en el 4,9 en el eje de autoubicación ideológica, siendo 0 la extrema izquierda y 10 la extrema derecha. EL PSOE ha perdido en los comicios locales 403.741 votos, pero la caída de las marcas a su izquierda y la mejora de los resultados del PP al engullir a Ciudadanos han decantado numerosos gobiernos del lado de la derecha. La extrapolación realizada por EL PAÍS de los resultados del 28-M a las generales aplicando el método D’Hondt también indicaba que Alberto Núñez Feijóo tendría garantizada la victoria el 23 de julio, pero no el Gobierno.