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Forúnculos – ¿Qué Son y Cómo Se Curan Los “Nacidos” En La Piel?

Los forúnculos son una protuberancia que se forma en la piel debido a la infección de los folículos pilosos (vellos) y tejido cutáneo adyacente. Esta protuberancia similar a un grano, suele ser bastante dolorosa, rojiza o violáceas y llena de pus. Causando inflamación y sensibilidad de la zona afectada.

Los nacidos en la piel como también se le conocen van aumentando su tamaño hasta que estos se rompen y drenan el pus y puede desarrollarse por diversas causas. Asimismo, afecta diferentes zonas del cuerpo e incluso la cara. Pero, ¿Cómo se curan los “nacidos” en la piel? continúa leyendo. Los forúnculos son causados principalmente por la bacteria Staphylococcus aureus, aunque existen otras bacterias y hongos capaces de generar esta infección en la piel. Estas por lo general ya residen en la superficie de la piel e incluso dentro de la nariz. Una vez que el vello se infecta, el forúnculo se desarrolla y comienza a crecer a medida que se llena de pus. Igualmente, pueden formarse debido a desgarros, lesiones o picaduras de insectos en la piel. Ya que estos permiten que las bacterias entren al folículo.

Asimismo, pueden desarrollarse en la cara, las axilas, muslos, cuello y nalgas. Aunque igualmente pueden crecer en cualquier otra parte del cuerpo e incluso pueden verse afectados uno o varios folículos permitiendo que se generen varios forúnculos. Por otra parte, existen algunos factores que pueden aumentar el riesgo a que los forúnculos o nacidos en la piel se desarrollen. Entre estos están:

  1. Tener infecciones de la piel: cuando se tienen problemas de la piel tales como sufrir de acné o eczemas, la dermis se encuentra con una barrera protectora débil. Esto puede hacer que tu piel sea más sensible o propensa a que se genere un forúnculo.
  2. Contacto directo con estafilococos: si tienes un contacto con personas que estén padeciendo una infección por estafilococos tienen mayor riesgo a contraer esta bacteria y desarrollar una infección en los folículos.
  3. Padecer diabetes y tener el sistema inmunitario débil: otro factor de riesgo es tener diabetes, esto se debe a que la enfermedad hace que el cuerpo no logre combatir la infección con facilidad. Asimismo, si tienes un sistema inmunitario débil o comprometido por alguna otra afección, tienes más probabilidades de desarrollar forúnculos.

Síntomas

Los síntomas de los forúnculos pueden desarrollarse en cualquier parte del cuerpo en el que se genere la afección. Aunque, es más común en aquellas zonas donde se genere mayor sudoración y fricción. Entre los principales síntomas se encuentran:

  • Protuberancia dolorosa que comienza del tamaño de un grano.
  • Crecimiento de la protuberancia en pocos días hasta alcanzar el tamaño de una pelota de golf o alrededor de 5 cm.
  • Inflamación de la zona.
  • Sensibilidad.
  • Piel rojiza o violácea alrededor de la protuberancia.
  • Pústulas o centro blanco o amarillento en la protuberancia.
  • Pus.
  • Supuración o formación de una costra.

Asimismo, también se pueden presentar otros síntomas:

  • Fiebre.
  • Malestar general.
  • Prurito en el área donde crece el forúnculo.
  • Fatiga.

¿Cuándo debo acudir a un médico? Por lo general esta afección no supone ningún riesgo y suele ser tratada en casa. Sin embargo, existen algunas excepciones o complicaciones menos frecuentes que requieren de la asistencia médica. Asimismo, entre las razones que requieren acudir a un médico están:

  • Se desarrolló en el rostro.
  • Aparece en la columna vertebral.
  • Afecta la visión.
  • Genera fiebre.
  • A pesar de los cuidados sigue creciendo.
  • Genera mayor dolor o malestar y dura más de dos semanas sin sanar incluso aplicando tratamiento.
  • Aparecen vetas rojas que se diseminan hacia otras zonas.
  • Aun después del tratamiento vuelve a reaparecer.

Igualmente, los forúnculos pocas veces pueden ser riesgosos, entre las complicaciones que requieren acudir a un especialista son:

  • La infección ingresa hasta el torrente sanguíneo.
  • Se disemina a otras áreas o partes del cuerpo.
  • Absceso en la piel, cerebro u otros órganos.
  • Infección en los huesos y osteomielitis.
  • Infección de la médula espinal.
  • Infección en el corazón o endocarditis
  • Septicemia o infección de la sangre.

¿Cómo prevenir los “nacidos” en la piel?

Prevenir los “nacidos” en la piel o forúnculos no siempre puede ser posible. Sin embargo, existen algunos hábitos que si se ponen en práctica se disminuyen los riesgos a desarrollar dicha afección. Estos son:

  • Mantener una buena higiene: es importante tener una buena higiene en general, sobre todo lavarse las manos con jabón de manera regular. También puedes utilizar un antibacterial a base de alcohol para mantener una barrera protectora contra los gérmenes y bacterias.
  • No compartir los artículos personales: evita prestar ropa, toallas, sábanas, maquinas de afeitar, cosméticos, jabones o cualquier otro artículo personal. Estos nunca se deben prestar, ya que existen numerosas bacterias e incluso enfermedades que pueden contagiarse por contacto. Esto es sumamente importante sobre todo si llegas a tener algún tipo de lesión en la piel, como un corte o llaga. Asimismo, mantener una buena higiene de los artículos que usas será importante para evitar los forúnculos.
  • Limpia y cubre las heridas: mantener las heridas tales como cortes, abrasiones o incluso llagas limpias son importante para evitar que estos se infecten. Asimismo, de ser posible mantenerlas cubiertas con ayuda de vendas o cintas estériles para mantener el área seca y protegida.

Tratamiento

Antes de recurrir a cualquier tratamiento es importante tener un diagnóstico certero de que lo que se tiene es un forúnculo. Por lo general este se puede diagnosticar con solo mirarlo, pero, de acuerdo a los síntomas puede ser necesario tomar algún tipo de muestra para ser analizado.

Por otra parte, cuando estos no presentan complicaciones, suelen ser tratados en casa con ayuda de:

  • Compresas tibias: estas disminuyen el dolor y la inflamación, además, permiten que la lesión drene sola. La idea es aplicarla al menos 10 minutos sobre el forúnculo de 2 a 3 veces al día. Asimismo, evitar tocarlo con las manos y no extirparlo, puede ayudar a que se cure más rápido.
  • Antibióticos: en ocasiones los especialistas pueden recetar antibióticos, sobre todo cuando las infecciones suelen ser recurrentes o severas.
  • Incisión para eliminar el pus: en caso de que este se mantenga aumentando su tamaño o no logra drenarse solo por completo, el médico puede generar una incisión para ayudar a sacar todo el pus. Con ayuda de una gasa estéril se logra absorber todo rastro de pus o líquido que esté en la zona afectada.

Por último, mantener tanto las manos como sabanas y toallas limpias ayudará a mantener la zona limpia y ayudar a que este se cure más rápido. Es importante que evites automedicarte y que permitas que el forúnculo drene por sí mismo o acudas a un especialista.

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