ANTONELLA CAZORLA REYES

La Casa Museo José Carlos Mariátegui ha presentado Incas en Lima (Avqi Ediciones), un texto que detalla la presencia de los incas en los 11 valles que conforman el departamento de Lima y la provincia constitucional del Callao. En total, son 31 investigadores los que participan en esta publicación de dos volúmenes, que suman 932 páginas y tratan de integrar a través de sus estudios todo lo referente a la ocupación de los incas a lo largo de la costa central.

El arqueólogo Omar Pinedo resume así el propósito de la obra: “El fin de este libro es ver cómo los pueblos originarios que vivían en la región Lima lograron convivir con los incas, cómo modifican su vida, su manera de vestir y otros rasgos de la época”.

EL ORIGEN DE LIMA

El texto ha tardado más de dos años en ser publicado, pero la recopilación y selección detallada de cada artículo, efectuada por Pinedo, ha conseguido reunir los detalles más curiosos y primicias sobre la historia del Tahuantinsuyo, los incas y sus élites.

Uno de los datos que presenta la obra es sobre el topónimo de la ciudad. Por muchos siglos se creyó que el nombre de la región Lima deriva de una deformación de Rímac, nombre del río que irrigaba la capital. Sin embargo, Rodolfo Cerrón Palomino, lingüista y docente de la PUCP, presenta otra teoría. Según su investigación, el nombre corresponde a un oráculo (en forma de piedra), que se encontraba en la mansión de un conquistador en el Centro. La roca ‘sagrada’ recibía el nombre de “Lima”.

Según Cerrón Palomino, no es el Rímac (que en quechua significa ‘hablador’) el que está ‘hablando’ en la ciudad. “El que habla es ese oráculo que respondía a las preguntas de los sacerdotes de la época”, dice. El experto comenta a Perú21 que su hipótesis lingüística sobre el origen de la palabra ‘Lima’ tiene apoyo en documentación colonial.

Otro dato interesante recae en la administración inca en las zonas de los antiguos señoríos.

El arqueólogo Joaquín Narváez ha reconstruido un plano detallado con los canales de riego, sitios arqueológicos y la ubicación más aproximada de los señoríos. “Por ejemplo, el curacazgo de Guatca se ubicaba en la parte sur de Huatica, donde ahora es San Isidro, y en la parte norte se ubicaba el señorío de Lima y otro con el nombre de Cacahuasi”, explica Narváez.

CUSCO EN LIMA

En Lima, los incas también vivieron en sitios administrativos, construidos con elementos característicos del Cusco, como puertas y ventanas en forma trapezoidal.

“En Mala, los incas introducen el adobe y su arquitectura era de gran tamaño. Mientras que un adobe local pesaba 5 kilos, un adobe inca llegaba a los 20 kilos”, comenta el licenciado Rommel Ángeles. Se han visto también evidencias en los textiles que tienen influencia incaica a través de diseños con serpientes entrelazadas y aves.

“Parece que los textiles incas los utilizaron en la élite o para ofrendas. Estos aparecen de forma restringida: una bolsa o un quipu”, agrega el investigador. Este libro es una buena oportunidad para conocer más sobre Lima y su pasado.

DATOS

 Los dos tomos de Incas en Lima pueden ser adquiridos a través del fanpage en Facebook e Instagram de Avqi Ediciones (precio S/180).

– Una de las principales dificultades de la investigación en Lima, dicen los investigadores, es la desaparición de los sitios arqueológicos que han sido ocupados por la remodelación urbana que continúa hasta la actualidad.

– En el Callao se encontró material arqueológico inca. En 2008, se hallaron vestigios arqueológicos incas en los extramuros del Real Felipe.