La reforma constitucional que regula la compra y venta de marihuana tiene una última oportunidad de ser aprobada este martes en la plenaria del Senado
La reforma constitucional que legaliza el mercado del cannabis de uso adulto en Colombia está a punto de hundirse una vez más en el Congreso de la República. En la noche de este lunes festivo, cuando se realizaba el octavo y último debate para permitir la compra y venta de marihuana recreativa, el presidente del Senado, Alexander López Maya, levantó la sesión y aplazó la votación para este martes a las 2 de la tarde por una supuesta “falta de Cuórum”.
La decisión de López evitó que el acto legislativo liderado por el representante Juan Carlos Losada se hundiera, pero generó el rechazo y la indignación de los senadores de oposición, que sabían que si la iniciativa se sometía a votación no se aprobaría. “Tramposo, tramposo, tramposo”, le gritaron al unísono los senadores del Centro Democrático a López al ver que cerraba el registro para evitar que se conformara el cuórum y que se pudiera votar el proyecto. “Qué tal la jugada de Alex López Maya, en este gobierno la trampa es totalmente evidente. Pero no nos vamos a dejar”, escribió en su cuenta de Twitter la congresista Paloma Valencia.
El disgusto de los senadores de la oposición contra el secretario y el presidente del Senado se dio porque cerraron el registro justo cuando había 53 congresistas en la plenaria y estaba a punto de llegar el 54. Con 54 asistentes se hubiera tenido que votar el proyecto, al que le faltaban las mayorías para ser aprobado y se habría hundido. Cuando López ordenó cerrar el registro aún quedaban más de 20 minutos para que cualquiera de los senadores que estaban afuera del recinto llegara. El senador del Partido de la U y opositor al proyecto, Juan Felipe Lemus, insultó a López: “Es un bandido. Apelé esa decisión y no me respondió. En catorce años nunca había visto esto que es increíble. Ni Ernesto Macías se atrevió a tanto”, dijo el senador en referencia al cuestionado presidente del Senado durante el Gobierno del expresidente Iván Duque.
En el recinto de la plenaria del Senado se escucharon gritos y groserías de alto calibre. El senador del partido Verde Jota Pe Hernández, que se ha convertido en uno de los mayores opositores al proyecto, denunció que habían sido los congresistas del Pacto Histórico quienes se habían salido del recinto para deshacer el cuórum. “Levantaron la sesión y no se pudo votar el proyecto que legaliza el negocio de la marihuana porque los senadores del Pacto Histórico decidieron irse a dormir y no quisieron terminar la sesión!”, escribió Hernández en su cuenta de Twitter.
El problema comenzó cuando el representante Losada, la senadora María José Pizarro, ponente del proyecto, y la bancada del Pacto Histórico, que apoya la legalización del mercado del Cannabis, se dieron cuenta de que les hacía falta solo un voto para completar los 54 que requiere la aprobación del proyecto. Habían conseguido incluso el apoyo del partido de oposición Cambio Radical, pero les faltaba un voto de los suyos: el del senador de Medellín Alex Flórez, que no llegó a la discusión.
La representante del Pacto Histórico, Alexandra Vásquez, compañera de bancada de Flórez, escribió públicamente lo que muchos senadores dijeron en privado durante la plenaria: “Una silla vacía, la de Alex Flórez, le costará al Cannabis de uso adulto su hundimiento en el Senado ¿Dónde estaba el senador? ¿Cuál es su justificación? Se trata de una ley que tiene el poder de cambiar la historia del país para siempre”, publicó Vásquez.
La representante del Partido Verde, Cathy Juvinao, que también apoya el proyecto, escribió en sus redes un mensaje en el mismo sentido: “Regalarle la curul a Alex Flórez no sirvió ni para que ayudara a aprobar cannabis. Por sus votos los conoceréis, dice la biblia”. El concejal de Bogotá y precandidato a la alcaldía, Carlos Carrillo, se quejó de la ausencia de Flórez: “Si ven a Alexander Flórez dígale que el país lo está esperando para que asuma su responsabilidad. Un solo senador puede caminar el rumbo de una nación, por eso es tan mala idea andar regalando curules a gente cuyo único mérito es ser amigo de”.
Ahora, la reforma constitucional que podría transformar para siempre el enfoque de la fallida guerra contra las drogas en Colombia tiene una última oportunidad de ser aprobada este martes en la plenaria del Senado. Sin embargo, esta vez los votos parecen muy difíciles de conseguir. El inconveniente es que este martes 20 de junio es el último día de la legislación y al proyecto del Cannabis le hace falta ser aprobado en Senado y después conciliar el texto con el de la Cámara de Representantes. Por trámite legislativo no se puede aprobar la conciliación el mismo día de la votación de un proyecto. Por lo tanto, a menos de que el Senado apruebe mañana el mismo texto que aprobó la Cámara hace unos meses, el proyecto se hundirá.
Lo grave para la iniciativa es que es muy poco probable que los senadores aprueben el mismo texto de la Cámara. La bancada del Partido Cambio Radical, que le hizo una modificación al proyecto para prohibir la promoción y la publicidad del cannabis, no está dispuesta a ceder. No piensan quitar el cambio que ellos mismos incluyeron y, por lo tanto, no votarán positivo el proyecto. El senador Carlos Fernando Motoa, le dijo a Caracol Radio al terminar la sesión que su partido no iba a acoger el texto de la Cámara. “Cambio Radical no intervino en la plenaria. Teníamos proposiciones y argumentos para corregir el texto, pero ante lo que acaba de suceder la recomendación es que mañana no votamos esta reforma por una sencilla razón, no tenemos garantías para poder modificar el texto, no podemos hacer absolutamente nada, no se le puede cambiar una coma al proyecto. No vamos a acoger el texto de Cámara”.
Con este panorama es muy complejo, casi imposible, que el proyecto que busca permitir que en Colombia haya un mercado legal del cannabis se apruebe. Losada, sin embargo, no pierde la esperanza: “No va a estar fácil, pero mientras sigamos con vida seguiremos luchando”, dijo al terminar la plenaria.
Fuente: El País