El Tribunal Constitucional (TC) ha roto el equilibrio de poderes al entregar la cuestión de confianza al Congreso. Así lo advirtió Pedro Grández Castro, profesor ordinario de las Facultades de Derecho de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Pontificia Universidad Católica del Perú.
Como se informó, el TC resolvió que, de acuerdo con la carta magna, solo el Congreso de la República puede interpretar los alcances del rechazo, rehusamiento o negación de la cuestión de confianza. Por lo que, según este organismo, “es contraria a la Constitución declarar la denegatoria fáctica de la misma”.
En ese sentido, Grández Castro, quien es también doctor en Interpretación de los derechos fundamentales, refiere que, en la versión original de la Constitución de 1993, la cuestión de confianza era una prerrogativa del Poder Ejecutivo.
“El Tribunal Constitucional se parece a una cámara confirmatoria de leyes que está ‘desmembrando’ la Constitución.
En el fallo se lee, “el Tribunal señala expresamente que en ningún supuesto se encuentra habilitado el Poder Ejecutivo para realizar una interpretación contraria a la que haya realizado el Congreso de la República, ni tampoco se encuentra habilitado para asumir que ha existido una denegatoria fáctica de la cuestión de confianza, la cual es contraria a la Constitución”.
“Para el ciudadano solo le queda la calle, la protesta” afirma Miguel Jugo de la CNDDHH
Por su parte, Miguel Jugo Viera, representante de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos también sobre el fallo del TC recordó que, “hay un elemento principal de toda democracia que es, el equilibrio de poderes. En este caso sería el Congreso que debiera controlar al Ejecutivo y viceversa”.
Sin embargo, lo que está ocurriendo es que hay una comunidad de ideas, entre el 90 % de las bancadas. Es decir, ahí hay una unanimidad en la forma cómo se tiene que manejar el Congreso.
Hizo referencia a que, frente algunos casos como el trabajo de la exministra de Salud o las llamadas con los ‘Cuellos Blancos’ por parte del ministro de Justicia, y la posibilidad de cuestionarlos o fiscalizarlos, no tienen una posición o no saben qué hacer, luego ahí, ese equilibrio está roto.
Quién podría sustituir esa situación es el Poder Judicial, pero el Tribunal Constitucional se ha ocupado de bloquear esa posibilidad. Luego para el ciudadano común y corriente, ¿cuál es el espacio que tiene para reclamar sus derechos? Cerrado el Congreso, cerrado el Poder Judicial, es la calle, la protesta.
Y Dina Boluarte ha salido a decir que se queda hasta el 2026 y que cuántos muertos queremos y el General de la Policía, Zanabria que, por si acaso ya tienen todo controlado para las marchas de julio. Es decir que van a seguir implementando la misma política que hicieron en enero y en diciembre del año pasado.
“Decisiones del TC sirven para dar vergüenza internacional en lo jurídico”, dice RMP
Rosa María Palacios, abogada y periodista también refirió que, “hace rato que este TC responde a los intereses del Congreso. “Vienen años de oscuridad constitucional”.
Este TC les ha dado, por ejemplo, iniciativa de gasto a los congresistas. Ha aceptado que se escoja Defensor del Pueblo sin concurso y ha declarado constitucional una ley que reforma la Constitución (justamente sobre la cuestión de confianza) lo cual es una barbaridad.
“Las decisiones del TC se han convertido en, académicamente, irrelevantes. Sirven para dar vergüenza internacional en lo jurídico”.
El fallo del Tribunal Constitucional a favor del Congreso
Los magistrados del TC declararon fundada la demanda competencial planteada por el Legislativo contra el Poder Ejecutivo respecto a la cuestión de confianza. Consideran que fue contrario a la Constitución, interpretar que el “rechazo de plano” suponía una “denegatoria fáctica” de la cuestión de confianza planteada por el Gobierno de Pedro Castillo.
Por lo cual, anuló el acuerdo del Consejo de Ministros del 24 de noviembre de 2022, en los últimos días del Gobierno de Pedro Castillo, en cuanto interpretó que el rechazo de plano supone el rehusamiento o denegatoria de la cuestión de confianza.