Tanto el ejército ruso como el ucraniano han usado bombas de racimo que han matado a civiles ucranianos, señaló Human Rights Watch en un informe el jueves, mientras Estados Unidos sopesa si responder al llamamiento del Gobierno ucraniano para que le suministre estas armas.
Human Rights Watch, un grupo internacional de defensa de los derechos humanos, pidió tanto a Rusia como a Ucrania que dejaran de utilizar estas armas e instó a Estados Unidos a que no se las suministrara.
Más de 120 países han firmado un tratado internacional por el que se prohíben estas armas, que suelen esparcir sobre una amplia zona un gran número de las llamadas bombetas, más pequeñas, que pueden matar o mutilar a civiles incautos meses o años después.
Rusia, Ucrania y Estados Unidos se han negado a firmar el tratado.
Un alto cargo del Pentágono declaró a finales del mes pasado que las municiones de racimo serían útiles para que Ucrania se defendiera de las fuerzas rusas, pero que todavía no se habían aprobado para Kiev debido a las restricciones del Congreso y a las preocupaciones de los aliados.
Ucrania disparó cohetes de munición de racimo contra zonas controladas por Rusia en la ciudad de Izium y sus alrededores el año pasado, en el este de Ucrania, después de que Rusia invadiera el país, según Human Rights Watch, citando entrevistas con más de 100 residentes, testigos y personal de emergencia local.
Los ataques ucranianos mataron al menos a ocho civiles e hirieron al menos a 15 civiles en Izium, dijo Human Rights Watch.
El grupo ha informado anteriormente de que el uso de municiones de racimo por parte de Rusia en Ucrania ha matado a decenas de civiles, y el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas también ha documentado el uso de este tipo de bombas por ambas partes.
“Las municiones de racimo utilizadas por Rusia y Ucrania están matando a civiles ahora y seguirán haciéndolo durante muchos años”, afirmó en un comunicado Mary Wareham, directora en funciones del área de armamento de la ONG. “Ambas partes deben dejar de usarlas inmediatamente y no intentar conseguir más de estas armas indiscriminadas”.
El Gobierno ucraniano ha instado a los miembros del Congreso estadounidense a que presionen a la Administración del presidente Joe Biden para que apruebe el envío de bombas de racimo.