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“Esclava a la venta: 12 años, no es virgen, muy hermosa”: el infierno de las niñas y mujeres vendidas por Estado Islámico

En 2014, miles de mujeres y niños yazidíes fueron esclavizados por el grupo radical Estado Islámico (EI) en Irak y Siria. Sus compañeros yazidíes comenzaron una operación de rescate casi de inmediato, pero hoy, casi una década después, la tarea no ha culminado.

En noviembre de 2015, a Bahar y a sus tres hijos pequeños los vendieron por quinta vez.

Fue una de las muchas mujeres yazidíes que fueron tomadas como prisioneras por EI cuando el grupo ingresó 18 meses antes en su pueblo en el distrito de Sinjar, en el norte de Irak.

Los yazidíes son una minoría religiosa y étnica que ha vivido en Irak por más de 6.000 años, pero que el autodenominado Estado Islámico catalogaba de “infieles”.
Bahar recuerda cómo ella y otros niños estaban todos alineados en una habitación, llorando porque creían que los iban a decapitar. La realidad es que estaban siendo vendidos.
El grupo ya se había llevado a su esposo y a su hijo mayor. Ella cree que les dispararon y que los enterraron en una fosa común.

Bahar dice que tuvo que servir a los combatientes de EI, convirtiéndose en su propiedad.

“Tenía que actuar como si fuera su esposa, cuando ellos quisieran. Podían golpearme si querían”. Sus hijos eran todos menores de 10 años y a todos los golpearon también. A una de sus hijas le golpearon la cara con la culata de un rifle.

Su cuarto “dueño” fue un tunecino que se llamaba Abu Khattab. “Nos quedamos en su casa, pero me prestaba a otros para que trabajara como limpiadora en otras dos de las bases de EI. En todos esos lugares, iba a trabajar, iba a limpiar y me violaban.

“Y había ataques aéreos todo el tiempo. Los combatientes de EI corrían por todos lados, consiguiendo armas o escondiéndose del bombardeo. Era caos, era peor que una pesadilla”.

Un día, cuando Bahar y sus niños estaban en la casa de Abu Khattab, al sitio llegó un auto con ventanas polarizadas. El conductor estaba vestido de negro y tenía una barba larga, no se veía diferente de ninguno de los otros combatientes de EI.

Bahar cayó en cuenta de que la estaban vendiendo otra vez, junto con sus hijos.

Sobrecogida con la situación, Bahar le gritó al hombre que la matara, simplemente ya no podía aguantar más.

Pero lo que pasó después cambió todo.

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