Dmitri Anatólievich Medvédev asegura que “la Tercera Guerra Mundial está cada vez más cerca’
Rusia ha reaccionado con disgusto a una cumbre que se celebra demasiado cerca de sus fronteras y en la que se ha confirmado la entrada de otro vecino: Suecia. Pero sobre todo porque los aliados van a dotar de más y mejor armamento a Ucrania. Vuelven los mensajes de que todas estas decisiones pueden desencadenar otra guerra mundial.
Ha sido de nuevo el ex presidente Dimitri Medvedev, actual número dos del Consejo Nacional de Seguridad de Rusia, el que ha dado la nota más estridente. Criticó a un “Occidente completamente loco”, que lleva “la situación a un callejón sin salida”. Aseguró que “la Tercera Guerra Mundial está cada vez más cerca’
Tras la invasión de 2022 Kiev ha mantenido que necesita toda la ayuda que pueda de Occidente para hacer retroceder lo que presenta como una guerra de conquista de Rusia. Sobre la mesa hay por fin un marco internacional que allanaría el camino para garantías de seguridad a largo plazo para que Ucrania aumente sus defensas contra Rusia y disuada a Moscú de futuras agresiones.
Pero el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, cree que unas garantías de seguridad para Ucrania serían un error, porque estarían ignorando el principio internacional sobre la indivisibilidad de la seguridad: “Al brindar garantías a Ucrania, estarían afectando la seguridad de la Federación Rusa”.
Tras conocer los progresos de Kiev en Vilna, el portavoz de Putin dijo que “es imposible que Moscú tolere nada que amenace su propia seguridad”, por lo que estas concesiones “harán que Europa sea mucho más peligrosa durante muchos años“.
Pero al mismo tiempo algunas voces pro Kremlin se regodearon desde el arranque de la cumbre por el hecho de que la OTAN le aclarase de entrada a Ucrania que podría unirse sólo “cuando se cumplan las condiciones”, sin llegar a nombrar una fecha o condiciones exactas.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Maria Zajarova, dijo que la negativa de la OTAN a materializar la entrada de Ucrania es una lección. Zajarova cree que Occidente inventó sus propias reglas del juego para adaptarse a su agenda. “Este es el orden basado en reglas inventado por los occidentales”.
Moscú con frecuencia intercala mensajes de desánimo hacia Ucrania, pronosticando que jamás entrará en la OTAN, con aspavientos de alarma ante la inminente posibilidad de que Ucrania entre en la OTAN, gesticulaciones que a su vez valen de justificación para la destrucción y anexión de partes del país.
“Al final, a Kiev se le mostró su lugar: servir como material prescindible, destruir a sus soldados para la OTAN sin garantías de membresía en ella y, en general, mantener su distancia de la alianza por ahora porque Ucrania claramente huele a una guerra nuclear en la que morirán europeos reales“, abundó Konstantin Kosachyov, vicepresidente de la cámara alta del parlamento de Rusia.
Horas después de que desde Moscú las voces más adictas al régimen se congratulasen de la falta de progresos de Ucrania, el propio Kremlin dio la voz de alarma ante la concesión de garantías de seguridad a Ucrania. Como en anteriores ocasiones, ningún portavoz gubernamental explicó en qué consistirá exactamente la reacción rusa ante esta nueva línea roja.
Ucrania ha estado presionando para obtener una membresía rápida mientras lucha contra una invasión rusa. Tragándose su decepción inicial por la falta de un plazo claro para su membresía, el presidente ucraniano proclamó que la delegación ucraniana volvía a casa con una “importante victoria de seguridad para Ucrania”. Y una vez más, Rusia, que sostiene que la expansión de la OTAN hacia el este es una amenaza existencial para su propia seguridad, arremetió contra el compromiso de Occidente con Ucrania.