Es demasiado pronto para saber si las normas financieras británicas tras el Brexit se alejarán demasiado de las normas de la Unión Europea como para plantearse darle acceso a los mercados del bloque, dijo el martes una representante de la UE.
Paulina Dejmek Hack, directora de la unidad de servicios financieros de la Comisión Europea, dijo que el Reino Unido ha realizado numerosas consultas sobre la modificación de la normativa financiera, pero que hasta ahora los cambios reales han sido escasos.
Un nuevo foro de cooperación entre el Reino Unido y la UE para reguladores financieros, que se reunirá por primera vez en otoño, debatirá los cambios en la normativa, explicó Dejmek Hack ante la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo.
“Creo que el actual Gobierno británico ha dejado muy claro que el objetivo no es la desregulación, sino centrarse en la competitividad en torno al papel del Reino Unido como centro financiero”, declaró Dejmek Hack.
El sector financiero británico quedó en gran medida aislado de la UE por el Brexit y los responsables del sector en el Reino Unido esperan que el nuevo foro pueda desbloquear finalmente un mejor acceso.
Bruselas solo ha concedido dicho acceso, conocido como “equivalencia”, a las cámaras de compensación de derivados con sede en el Reino Unido, pero esto llegará a su fin en junio de 2025. El bloque está aprobando una ley que obligaría a los bancos de la UE a trasladar parte de la compensación de euros de Londres a Fráncfort.
Dejmek Hack trató de restar importancia al papel del foro, afirmando que se centraría en “debates técnicos” y no incluiría ninguna toma de decisiones o regulación conjunta.
“Siempre abordaremos la idea de posibles decisiones de equivalencia teniendo en cuenta si es útil para la UE y para nuestro sector”, dijo Dejmek Hack, añadiendo que el bloque seguirá de cerca la normativa británica.
“Si las cosas cambiaran, sería más difícil considerar la equivalencia en cualquier caso, porque las normas serían demasiado diferentes para permitirlo”, añadió.
El Reino Unido ha dicho que respetará las normas internacionales.