La carrera deportiva de Isco Alarcón dio el pasado verano un giro que llevaba tiempo anunciándose, por otra parte. El jugador malagueño, apartado al ostracismo en un Real Madrid donde otrora fue fundamental, venía desde 2018 (año de su última entrevista) desconectándose cada año un poquito más del fútbol de élite, pero ahí aparecieron Julen Lopetegui y el Sevilla para ofrecerle una segunda oportunidad.
Sin embargo, por caprichos del destino, el conjunto hispalense vivió una de sus temporadas más complicadas del siglo XXI, y ni Lopetegui ni su sustituto Sampaoli acabaron la temporada en el banquillo. Una campaña marcada también por las profundas urgencias económicas del Sevilla, en la que el fichaje más ilusionante de los últimos tiempos en Nervión fue más protagonista fuera que dentro del terreno de juego.
Isco Alarcón durante un partido con el Sevilla.Isco Alarcón durante un partido con el Sevilla.LAPRESSE
La carrera deportiva de Isco Alarcón dio el pasado verano un giro que llevaba tiempo anunciándose, por otra parte. El jugador malagueño, apartado al ostracismo en un Real Madrid donde otrora fue fundamental, venía desde 2018 (año de su última entrevista) desconectándose cada año un poquito más del fútbol de élite, pero ahí aparecieron Julen Lopetegui y el Sevilla para ofrecerle una segunda oportunidad.
Sin embargo, por caprichos del destino, el conjunto hispalense vivió una de sus temporadas más complicadas del siglo XXI, y ni Lopetegui ni su sustituto Sampaoli acabaron la temporada en el banquillo. Una campaña marcada también por las profundas urgencias económicas del Sevilla, en la que el fichaje más ilusionante de los últimos tiempos en Nervión fue más protagonista fuera que dentro del terreno de juego.
Totalmente contra su voluntad, eso sí, ya que “han pasado muchas cosas” a lo largo de un año convulso para el del Arroyo de la Miel, que comenzó muy ilusionado su andadura en la capital hispalense tras acabar contrato con el Real Madrid gracias a Julen Lopetegui: “Me llamaba y me decía que me quería, siendo uno de los entrenadores con los que mejor rendimiento he tenido. Yo tenía otras ofertas de Italia, pero consideré que era un paso bueno en mi carrera, era una oportunidad muy bonita”.
Sin embargo, lo que bien empezó, pronto comenzó a torcerse, hasta llegar a extremos insostenibles a los pocos meses, cuando llegó Jorge Sampaoli al banquillo de Nervión: “Cuando se va Lopetegui y se acerca la ventana del mercado de invierno yo veo muchas cosas raras dentro del club. Llamaron a mi representante para buscarme una salida, sin hablar nada previamente conmigo, así que fui a hablar directamente con Monchi”.
“Le dije: ‘Oye, me ha llegado esto, no sé qué pasa, no sé si me queréis, si no me queréis… Sé sincero conmigo y lo arreglamos sin problemas. Estoy a vuestra disposición’. No sé qué crisis económica podía tener el Sevilla, pero tras esa conversación se tuerce todo. Yo solo quería saber los pensamientos del club y me dijo que si encontraba algo que me fuera” explica Isco en una entrevista con el diario Marca.
“Tras esa conversación, Monchi fue diciendo que yo me quería ir, algo que no era cierto, y comenzó a llamarme cada día tanto a mí como a mi abogado atosigándonos para firmar la rescisión. Entonces fui a hablar con él de nuevo y le dije: ‘Mira Monchi, tú no estás siendo sincero ni conmigo, ni con la gente a la que le cuentas las cosas. Yo me quiero quedar y tú vas diciendo que yo me quiero ir'”, continua Isco en su relato.
Y en ese momento es cuando “hubo un poco de conflicto”, suavizado incluso en las palabras del internacional español: “Es fuerte lo que te voy a decir. Le dije que era la persona más mentirosa que me había encontrado en el mundo del fútbol y me agredió. Vino hacia mí, me cogió del cuello, nos apartamos y ya nos tuvieron que separar del todo. Como comprenderás, tras eso, yo no quería seguir ahí bajo ningún concepto”.
Todo ello aconteció al término de una sesión de entrenamiento en la ciudad deportiva sevillista, de camino a los vestuarios, donde les tuvo que separar la seguridad de la entidad: “Me consta que tanto Monchi como el club estaban pasando por momentos delicados, pero sobrepasar la barrera de la violencia no es algo que podía dejar pasar. Me dio pena porque hice muy buena relación con mis compañeros y la afición me trató de maravilla”.
Como era lógico, Isco no podía continuar en un club “en el que nadie se pronuncia ni se disculpa” tras un suceso así, y menos después de “todas las mentiras” que asegura que iba filtrando el equipo: “Perdoné mi contrato y me fui. Yo estaba contento en el Sevilla, jugaba siempre y estaba convencido de que íbamos a salir adelante, nunca me bajé del barco como se estuvo diciendo, ni mucho menos. Eso no entra dentro de mi mentalidad”.
El Sevilla efectivamente se encontraba en una situación muy delicada, y le buscó salida al Unión Berlín, pero con los alemanes la cosa no llegó tampoco a buen puerto. No por culpa de Isco, ni de su estado de forma como muchos aseguraron en su momento, si no por negligencias del club alemán, que primero no podía inscribirle en Europa, luego cambió las cifras del primer año de acuerdo con el futbolista andaluz, y finalmente las del segundo.
Isco se plantó y regresó a España después de todo lo que había pasado, poniéndose incluso en manos de un psicólogo: “Necesitaba desconectar, limpiar mi cabeza. Sentí que necesitaba parar, hacer terapia, ordenar mi mente, ordenar mi vida, mis pensamientos… Ahora estoy muy bien, con ganas de empezar un proyecto y una experiencia nueva. Tengo ganas de jugar al fútbol, de divertirme, de competir, de demostrar que me quedan años buenos de fútbol”.
“Han pasado muchas cosas, unas que son culpa mía y otras que no tanto. Tengo ganas de olvidar las malas experiencias que he tenido y de focalizarme en las buenas que están por venir. Estoy tranquilo ahora, de verdad, sé que me he equivocado muchas veces y sé que puedo jugar a un gran nivel otra vez. Estoy preparado” sentencia en la entrevista un Isco autocrítico pero reivindicativo, que ya entrena a fondo para volver al fútbol profesional.