El Real Madrid más insólito de los últimos años se presentó ante el Milan en Los Ángeles en su primer amistoso de pretemporada con la misma esencia con la que ha hecho historia en el fútbol. Había caras nuevas y un sistema novedoso para incorporar a los recién llegados —y paliar la ausencia de Benzema—, pero al final el conjunto blanco ganó con lo de siempre: una remontada.
Ancelotti no quiso esperar para ver cómo de engrasada estaba la máquina madridista con los nuevos fichajes y alineó de inicio a tres de ellos, Brahim, Joselu y Bellingham. Lo hizo en un 4-4-2 en el que el inglés, que estrenaba el ‘5’, actuó de ’10’ completando el rombo del centro del campo con Valverde y Camavinga de interiores y Kroos de pivote, una fórmula con la que el alemán puede posponer su retirada indefinidamente.
El Real Madrid celebra un gol ante el Milan en el primer partido de pretemporada.Los jugadores del Real Madrid celebra un gol ante el Milan en el primer partido den pretemporada.LAPRESSE
El Real Madrid más insólito de los últimos años se presentó ante el Milan en Los Ángeles en su primer amistoso de pretemporada con la misma esencia con la que ha hecho historia en el fútbol. Había caras nuevas y un sistema novedoso para incorporar a los recién llegados —y paliar la ausencia de Benzema—, pero al final el conjunto blanco ganó con lo de siempre: una remontada.
Ancelotti no quiso esperar para ver cómo de engrasada estaba la máquina madridista con los nuevos fichajes y alineó de inicio a tres de ellos, Brahim, Joselu y Bellingham. Lo hizo en un 4-4-2 en el que el inglés, que estrenaba el ‘5’, actuó de ’10’ completando el rombo del centro del campo con Valverde y Camavinga de interiores y Kroos de pivote, una fórmula con la que el alemán puede posponer su retirada indefinidamente.
No estuvo mal el primer día de ninguna de las tres incorporaciones. El ex del Milan se mostró muy activo ante su exequipo a sabiendas de que debe demostrar desde el primer día para tener minutos. Por su parte, el centrocampista británico dejó destellos de su calidad sobre el verde y hasta llegó a rozar el gol, pero su intentona se estrelló en la defensa, tan cerrada que impidió que el máximo goleador nacional el año pasado empezase con un tanto su segunda etapa de blanco.
Pero no todo fueron buenas noticias en la primera mitad del Real Madrid en el Rose Bowl. Dos errores de la zaga merengue —Lucas Vázquez, Militao, Nacho y Mendy— significaron dos tantos en contra. El primero lo hizo Tomori en un saque de esquina en el que las marcas brillaron por su ausencia. El segundo fue obra de una promesa argentina, Luka Romero, que aprovechó una mala salida de balón de Nacho para inventarse un golazo por la escuadra.
Sin embargo, en pretemporada las segundas partes se traducen siempre en un partido nuevo, y eso ocurrió en Los Ángeles. El conjunto blanco salió de los vestuarios con un 4-2-1-2 y ocho cambios —Carvajal, Rüdiger, Alaba, Fran García, Tchouaméni, Modric, Vinícius y Rodrygo— y le bastaron 10 minutos para devolver las tablas al marcador.
Fue El Pajarito, que recuperó su mejor versión, el que se inventó los tantos del empate con dos zapatazos ‘marca de la casa’. El 2-1 nació de una jugada que el Real Madrid se sabe de memoria y que solo tiene dos pasos: balón para Rodrygo para arrancar el contragolpe y pase al uruguayo para cerrarlo. Solo avanzó dos pasos el charrúa antes de sacarse un latigazo desde muy lejos que se le escapó de las manos al guardameta rival. Y el empate se lo guisó solo el centrocampista, que robó un balón cerca de la frontal y puso el esférico en la red con otro disparo potente.
Cuando el partido acariciaba el final, Vinícius puso la guinda para inaugurar el ‘7’. Un estratosférico envío de Modric —un pase con el exterior desde su campo que dejó al brasileño solo en el balcón del área— lo convirtió el delantero carioca en el tanto de la victoria con un sencillo pase a la red en el que Maignan nada pudo hacer. Un triunfo con sabor a aires nuevos, pero con el mismo aroma a remontada del pasado.
