Los migrantes detenidos esta semana en la enorme barcaza que el Gobierno británico ha dispuesto a modo de centro de detención flotante en el condado de Dorset han tenido que ser evacuados tras el hallazgo de la bacteria de la legionella en el agua.
Aproximadamente medio centenar de migrantes habían comenzado a llegar a la barcaza, una gran estructura con capacidad para 500 personas, a principios de esta semana en una medida criticada tanto por la oposición laborista como por ONGs como una decisión inhumana y un acto de confinamiento deliberado.
Los migrantes han sido trasladados fuera de la estructura como medida de precaución y ahora mismo no se ha registrado ningún caso de enfermedad entre los ocupantes de la ‘Bibby Stockholm’, según ha confirmado un portavoz de Interior a la cadena británica Sky News.
La cadena, citando fuentes propias, apunta en particular que el Gobierno ordenó una prueba de rutina al suministro de agua el pasado 25 de julio pero los resultados no llegaron hasta el pasado día 7 de agosto, cuando los migrantes habían comenzado a ser embarcados.
Ahora, “las muestras medioambientales del sistema de agua de la barcaza ‘Bibby Stockholm’ han exhibido niveles de la bacteria de legionella que requieren de investigaciones adicionales”, según el portavoz de Interior.
De acuerdo con estos resultados iniciales, no obstante, el Ministerio del Interior, en colaboración con la Agencia de Seguridad Sanitaria del país, la UKHSA, han decidido emprender este procedimiento bajo supervisión del ministro para la Inmigración, Robert Jenrick.