Meta, Instagram, Google, Twitter o TikTok están rodeadas. O más, al menos, desde este viernes, que es cuando entra en vigor la Ley de Servicios Digitales (DSA) de la Unión Europea, pionera para el control del sector y que nace con el objetivo de poner coto a la desinformación y al contenido ilegal en las grandes plataformas tecnológicas. En total, afectará a 45 millones de usuarios, según los datos que maneja la Comisión Europea. “Confiamos además en una colaboración constante de las empresas, esta es una cuestión que va en beneficio de los usuarios, no contra nadie”, aseguran las fuentes comunitarias consultadas
Al tratarse de una medida pionera en el mundo, las compañías no se han mostrado demasiado satisfechas, e incluso algunas como Amazon han presentado sendos recursos ante el Tribunal de General de la UE la decisión de la Comisión, ya que consideran que no se ajustan a esta definición y buscan evitar que se les aplique la normativa de la nueva ley.
Al mismo tiempo, las plataformas tienen hasta este viernes para presentar su primer ejercicio anual de evaluación, “encaminado a reducir los riesgos asociados a la difusión de contenidos ilegales o la manipulación de servicios con impacto en los procesos democráticos y la seguridad pública”. Además, deberán presentar sus informes de transparencia en un plazo de dos meses.
El comisario de Justicia de la Comisión Europea, Didier Reynders, en el Congreso de los Diputados.
El comisario europeo de Justicia reitera su preocupación ante la falta de avances para renovar el CGPJ
“La Ley de Servicios Digitales se vuelve legalmente aplicable para plataformas en línea y motores de búsqueda de gran tamaño. Estas plataformas sistémicas desempeñan un papel muy importante en nuestra vida diaria, por lo que ya era hora de que la UE estableciera nuestras propias reglas. Una Internet más segura para todos”, ha asegurado el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, satisfecho con la dinámica que va a introducir esta norma en el contexto de las grandes compañías tecnológicas.
Ya el Parlamento Europeo había defendido a capa y espada esta medida para que las grandes tecnológicas no campen a sus anchas. “Lo que está claro es que la autorregulación no ha funcionado y cuando esto pasa queda claro que hay que regular. Los datos personales son personales y uno tiene que decidir a quién los entrega, pero esa entrega tiene que ser consciente y libre porque esos datos personales son la materia prima del mundo digital”, comentó en una entrevista a este medio el eurodiputado de Ciudadanos, Jordi Cañas.
“Es evidente que hay usos lícitos pero hay muchos ilícitos, y todo el mundo yo creo que es consciente de ello. Hacen falta unos mecanismos y unos recursos porque las compañías siempre van a ir por delante. Es un tema muy complicado porque requiere de unas capacidades muy específicas. Los datos y la falta de regulación son un cóctel explosivo y por eso DMA y DSA son una forma de poder orden”, resume Cañas.
Asimismo, toma relevancia el hecho de que la Unión Europea sienta un precedente. “Somos los primeros en el mundo que lo hacemos y eso que es cierto que muchas veces los legisladores no tienen los conocimientos necesarios para abordar asuntos de esta magnitud”, añade el eurodiputado. En este sentido, Europa va a ser una vez más “el regulador global y por ejemplo en Brasil ya se está desarrollando una ley que usa como referencias DSA y DMA”. Y la conclusión es clara en Bruselas: “Esto demuestra que la UE no se pliega a las presiones de los poderosos”.