Solo ocho jugadores han sobrevivido a la transformación que ha operado Xavi Hernández en el Barça. Solo ocho jugadores aguantan en la plantilla desde la entrada del técnico en el vestuario de Sant Joan Despí el 9 de noviembre de 2021.
No se han cumplido ni dos años, y la intervención del que fuera centrocampista del mejor equipo de la historia ha sido tan drástica como persistente hasta configurar una plantilla a su gusto. O más o menos a su gusto, por las restricciones económicas que se ha encontrado en el club y la incapacidad de los dirigentes para facilitarle los fichajes que deseaba. En pocas ocasiones Joan Laporta ha podido firmar la primera opción que pedía Xavi en el solar que les dejó Josep Maria Bartomeu al retornar al Camp Nou (antes de las obras).
Basta por recordar, por ejemplo, la imposibilidad de recuperar a Lionel Messi el pasado verano o la indisimulada voluntad de contratar a Bernardo Silva, que ha renovado por el Manchester City por citar dos aspiraciones contrastadas que no se han podido abordar entre los centenares de nombres aparecidos. Joan Laporta y el gerente Ferran Olivé han tenido que presentar un aval personal para poder inscribir a última hora a Iñaki Peña e Iñigo Martínez.
Dos porteros (Ter Stegen y Peña, que se marchó al Galatasaray y regresó), tres defensas (el capitán Sergi Roberto, Ronald Araujo y Alejandro Balde) y tres centrocampistas (Frenkie de Jong, Pedri y Gavi) han resistido los embates de las constantes modelaciones de Xavi, seguramente necesarias para que el Barça trate de volver a los orígenes y al nivel que el ahora entrenador conoció entre 2008 y 2015, cuando dejó el equipo campeón de Europa con Luis Enrique en el banquillo.
La labor de mantenimiento que efectuaron Ernesto Valverde, Quique Setién y Ronald Koeman desembocó en la inevitable metamorfosis que ha tutelado Xavi, que ha dispuesto de 19 fichajes repartidos en cuatro mercados (dos de invierno y dos verano) y 57 futbolistas utilizados antes de que se hayan cumplido dos años naturales de su mandato.
Serían 58 si el singular defensa mexicano Julián Araujo hubiera disputado un solo minuto. Fichado e inscrito tarde en enero de este año por 4 millones de euros, el lateral derecho internacional no debutó con el filial ni con el primer equipo -jugó el amistoso post-temporada ante el Vissel Kobe-, pero aparecía en todas las fotos de la celebración de la Liga con su llamativo pelo rosa.
Está cedido al Las Palmas donde acreditará si tiene suficiente nivel para defender la banda derecha junto con João Cancelo, incorporado a última hora para paliar ese insólito vacío en dicha parcela del campo. Tampoco ha jugado Arnau Tenas, por cierto, el tercer portero y que se ha marchado libre al PSG. Ni Miralem Pjanic.