La inflación anual de Brasil se aceleró a mediados de septiembre hasta el 5,00%, mostraron el martes datos del instituto de estadística IBGE, en línea con las expectativas del mercado, en momentos en que el Banco Central señala que mantendrá su actual ritmo de relajación monetaria.
En la mayor economía de América Latina, el índice de precios al consumidor IPCA-15 ganó fuerza en comparación con la lectura del 4,61% observada a finales del mes anterior, pero casi coincidió con la previsión del 5,01% de los economistas encuestados por Reuters.
Es probable que esto haga retroceder aún más la postura del Banco Central de recortar su tasa de interés de referencia a un ritmo de 50 puntos básicos por reunión, a pesar de que funcionarios del gobierno han sugerido que el banco podría acelerar el ritmo este año.
El Banco Central efectuó este mes su segundo recorte consecutivo de 50 puntos básicos, para llevar la tasa a un 12,75%, y señaló la posibilidad de nuevas reducciones de la misma magnitud, debido a que algunos de los miembros de su comité que establece la política monetaria mantienen la cautela ante la actividad económica y la resistencia del mercado laboral.
Un recorte mayor de las tasas exigiría sorpresas positivas sustanciales en la inflación, ha dicho el Banco Central, y eso no es lo que mostraron las cifras de mediados de septiembre.
“Estos datos de inflación habrán dado munición a los halcones del Copom y apoyan nuestra opinión de que el ciclo de relajación monetaria continuará en pasos de 50 puntos básicos hasta mediados del próximo año”, dijo William Jackson, economista jefe de mercados emergentes de Capital Economics. Espera que luego el Copom adopte rebajas de 25 puntos básicos, para situar la tasa Selic en el 9,5% a finales de 2024.
Según el IBGE, los precios al consumidor subieron un 0,35% en Brasil hasta mediados de septiembre, frente al 0,28% del mes anterior y ligeramente por debajo del 0,38% previsto en un sondeo de Reuters.
La subida se debió principalmente al aumento de los costos del transporte, ya que aumentó el precio de la gasolina, según la agencia de estadística, mientras que los costos de la vivienda y los gastos personales también se incrementaron. La baja de los precios de los alimentos y las bebidas compensó parcialmente estas alzas, añadió el IBGE.