En el primer semestre de 2023, fluyeron alrededor de 10.300 millones de euros de las empresas alemanas a China, según un análisis del Instituto de la Economía Alemana (IW). China acaparó el 16,4 por ciento del total de las inversiones directas alemanas en el extranjero en el mismo período.
Las cifras son impresionantes, afirma Johann Fuhrmann, jefe de la oficina de la Fundación Konrad Adenauer, cercana al partido cristianodemócrata alemán, en Pekín. Sin embargo, se trata de un número relativamente pequeño de empresas alemanas de los sectores químico y automovilístico.
“Pero si hablamos con las asociaciones empresariales, escucharemos que las medianas empresas alemanas se han vuelto un poco más cautelosas a la hora de hacer negocios con China debido a las condiciones durante el confinamiento por el coronavirus. Estas empresas también están preocupadas por la incertidumbre en las cadenas de suministro y factores de riesgo geopolítico”, afirmó.
Estrategia con China: riesgos mínimos
En julio, el gobierno alemán presentó su estrategia basada en la “minimización de riesgos” para China, país que pretende “crear y utilizar dependencias económicas y tecnológicas para luego hacer cumplir sus objetivos e intereses políticos”. El gobierno alemán, sin embargo, no busca desvincularse: “Queremos mantener nuestros vínculos económicos con China”.
La Asociacíón de la Industria Alemana (BDI) acogió favorablemente dicha estrategia: “¡Reducir el riesgo, pero no desacoplar! Esta estrategia es la correcta”, explicó en julio el presidente de la organización, Siegfried Russwurm.
La elevada inversión directa (IED) de la economía alemana en China en 2023 muestra que muchas empresas siguen viendo los intereses económicos al margen de las cuestiones de seguridad, afirmó Nora Kürzdörfer, economista del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA) en Hamburgo. “Esta estrategia conlleva grandes riesgos a largo plazo”, explicó Kürzdörfer. Sin embargo, las estadísticas actuales sobre la IED indican que muchas empresas alemanas seguirán haciendo negocios con China “como siempre”.
Autos alemanes populares en China, ¿hasta cuándo?
Los fabricantes de automóviles alemanes quieren vender más en China. En el primer semestre de 2023, uno de cada tres Volkswagen, Mercedes y BMW se vendieron allí. Según las estadísticas oficiales, en 2022 los fabricantes de equipos originales alemanes en China todavía tenían una cuota de mercado del 19,5, 6,5 puntos porcentuales menos que en 2021. Los fabricantes chinos de movilidad eléctrica llevan mucho tiempo a la cabeza. Esto también se pudo comprobar en la feria IAA en Múnich a principios de septiembre, donde se duplicó el número de expositores chinos.
Según un estudio del Instituto de la Economía Alemana, “el motivo de las nuevas inversiones de los fabricantes de automóviles alemanes en China es, ante todo, la gran importancia de China como mercado de ventas, pero también la transición energética y la prevista eliminación progresiva del motor de combustión”. Los economistas de dicha institución creen que se sabe aún muy poco sobre los riesgos de las relaciones económicas.
Según dicha investigación “se necesita urgentemente información sobre si los productos correspondientes son indispensables, qué papel desempeñan en las cadenas de suministro de las empresas y si pueden ser reemplazados por otros países proveedores o por nuestra propia producción y en un breve periodo. La cuestión es si ese ‘know-how’ todavía está disponible en Europa”.
Pekín rechaza la “minimización de riesgos” y el “desacoplamiento” por considerar que se trata de una politización de las relaciones económicas, afirma Furhmann. Agrega que “en China actúan como si su estrategia ‘Made in China 2025’, que promueve la mayor independencia posible del país, fuera muy diferente de lo que está haciendo Alemania. Pero no es el caso”.