Mientras las bombas de Israel caían sobre Gaza, sus edificios y habitantes, Hamás llamó a la yihad global. La respuesta no ha sido masiva pero sí inmediata: en los últimos días han tenido lugar varios ataques al grito de “Alá es grande”. Bélgica, Francia, China y España (Mataró) han sido los escenarios.
Fue el pasado miércoles cuando el fundador de Hamás, Khaled Meshal, líder político de sus combatientes, hizo un llamamiento a los musulmanes de todo el mundo para que salieran el viernes a las calles y convirtieran el día “en una jornada de la ira” contra Israel en respuesta a los bombardeos en la Franja de Gaza.
El mensaje de Meshal, que dirigió el grupo terrorista entre 2014 y 2017, llevó a varias capitales de todo el mundo a fortalecer sus medidas de seguridad. Se trataba de prevenir posibles acciones de individuos conocidos como “lobos solitarios”. Pese a ello los ataques violentos , de mayor o menor entidad han tenido lugar en Bruselas, Arrás, Pekín y Mataró.
Al menos dos personas han muerto y varias más resultaron heridas por arma de fuego en un incidente registrado a última hora de la tarde de este lunes cerca de la plaza Sainctelette de Bruselas, una zona muy concurrida, próxima a la Grand Place. Un hombre, vestido con una chaqueta naranja fosforito, abrió fuego “indiscriminadamente” y acabó con la vida de dos ciudadanos suecos.
Este martes, la policía belga “neutralizó” de un disparo en el tórax al autor del atentado. La Fiscalía federal ha confirmado que el individuo fue encontrado tomando un café en el centro de Bruselas. Tras un tiroteo, el individuo fue ingresado en un hospital en estado crítico y falleció horas después.
Los fallecidos eran dos aficionados suecos que se habían acercado a Bruselas para el partido de fútbol entre las selecciones de Bélgica y Suecia, correspondiente a la fase de clasificación de la Eurocopa de 2024. El encuentro no se reanudó tras el final del primer tiempo por motivos de seguridad al conocerse el atentado.
No es casual. Los islamistas han acusado a Suecia de no respetar el Corán y autorizar quemas públicas de su libro sagrado. Desde mediados de julio se han producido fuertes protestas en el mundo islámico, la más virulenta fue en Bagdad, cuando centenares de manifestantes asaltaron e incendiaron la embajada sueca en protesta por la convocatoria de Salwan Momika, un refugiado iraquí acogido por Suecia desde 2019, que anunció una quema del Corán en Estocolmo.
Según las explicaciones del ministro de Justicia belga, Van Quickenborne, el presunto homicida fue identificado como Abdesalem L., un tunecino de 45 años que solicitó asilo en Bélgica en noviembre de 2019. Era conocido por la policía por “acciones sospechosas” como tráfico de personas y residencia ilegal.
“En julio de 2016, a través de un servicio de policía extranjero, nos enviaron información no confirmada de que el hombre se había radicalizado y quería irse a una zona de conflicto yihadista”, ha relatado Quickenborne. Sin embargo, nunca hubo indicios concretos de radicalización, según los servicios de investigación belgas.
En octubre de 2020 recibió una decisión negativa sobre su solicitud de asilo y poco después desapareció del radar. En junio de 2022 fue visto en una mezquita de Bruselas, pero no levantó sospechas. A principios de 2023, un residente de un centro de asilo fue supuestamente amenazado por este hombre a través de las redes sociales. Abdesalem L. había sido condenada en Túnez, pero no por terrorismo sino por delitos penales.