En el tercer Clásico de la temporada —los dos anteriores la victoria había sido blanca— se medían los dos únicos equipos invictos de la máxima competición y el triunfo fue de nuevo para el Real Madrid (65-64), que se quedó con el liderato de la Euroliga.
Como una apisonadora entró el Barça en la cancha. Tanta intensidad le puso el quinteto culé, que sorprendió a los madridistas. En un abrir y cerrar de ojos, espoleados por un acertadísimo Vesely, los blaugranas se pusieron ocho arriba (6-14) con más de cuatro minutos por jugar. Solo Tavares, el autor de los seis puntos, parecía responder en un Real tan aturdido que Chus Mateo tuvo que pedir el tiempo muerto para frenar el empuje catalán y buscar soluciones.
Le sirvió de poco al cuadro merengue, porque cuando empezó a acercarse en el marcador salió a pista Willy Hernangómez para hacer sufrir a su exequipo. Estuvo descomunal el pívot, que con un mate reventó el aro y puso al Barça con una ventaja de nueve (10-19). Escuchó los pitos de la que fuese su afición, pero fue como quien oye llover, porque al comienzo del segundo cuarto volvió a anotar y rascó dos faltas y un libre en cada una para seguir ampliando la ventaja blaugrana.
De un momento a otro, el Real Madrid despertó. Siguió fallando desde el triple, lo que le pasó factura hasta la mitad del segundo cuarto, pero se encontró con una mala racha de su rival y la aprovechó. Primero el Chacho le regaló sin mirar una asistencia a Hezonja, y después Campazzo se la dio a Deck. Faltaban dos minutos y el Barça estaba siete arriba. No hubo problema para los blancos.
Willy falló dos libres, el WiZink estalló, Campazzo recuperó una bola tremenda, se la dio a Deck y el argentino reventó el aro para recortar a cinco la ventaja culé. Pero la cosa no se quedó ahí, a segundos de que acabase el segundo cuarto, Deck rompió la sequía merengue desde la línea de tres con un triplazo impresionatne que levantó al público de su asiento y dejó al Madrid a dos del Barça (28-30) antes del descanso.
El regreso de los vestuarios apenas cambió lo que se había visto al final del segundo tiempo. El Real Madrid salió con el doble de revoluciones y se puso por encima en el marcador. Era la primera vez que adelantaba al Barça en este partido, pero ya no lo dejaría escapar —enlazó un parcial de hasta 30 puntos— gracias a un Gabriel Deck estratosférico. Con el paso de los minutos, el equipo culé se desdibujó cada vez más, dejando escapar de 10 a los blancos al final del tercer cuarto.
No fue hasta la mitad del último tiempo cuando empezó a recuperarse el cuadro catalán de su mala racha ofensiva. Hasta 12 puntos llegaron a estar por encima los merengues, que fueron perdiendo fuelle con el paso de los minutos y dejaron a su rival recuperarse para llegar a los dos minutos finales con todo abierto y solo cuatro puntos de ventaja.
Fue Jokubaitis el que despertó al Barça, que incluso pudo llevar el partido a la prórroga ante un Madrid que sobrevivió desde el libre —con un buen Campazzo—. Fue precisamente desde esa línea donde el conjunto blanco pudo ver cómo se iba el partido al tiempo extra, pero tuvo suerte. Satoranský forzó tres libres: falló una, metió otra y mandó la tercera al tablero buscando la jugada, pero el rebote fue para Mario Hezonja.
Abrines le puso emoción a los últimos segundos con un triplazo sobre la bocina, pero no hubo tiempo para más: el Real Madrid se llevó la victoria (65-64) y el liderato de la Euroliga.