La matriz de Google, Alphabet, ha dejado un sabor amargo en la boca de los inversores pese a que la compañía firmó un aumento del 11% en los ingresos en el trimestre gracias al rebote de la publicidad. La clave está en que el negocio de la nube, en el que han puesto los focos todos los analistas, no alcanzó los ingresos estimados: se quedó en 8.410 millones de dólares, frente a los 8.640 que esperaban la media de los analistas, pese a que esta partida aumentó un 21,7% interanual.
Los dos principales números de la firma fueron bastante positivos: los beneficios ha subido a 19.700 millones, frente a los 13.900 millones del mismo trimestre de 2022, un incremento del 41%. Por su parte, los ingresos de la firma fueron de 76.690 millones de dólares, por encima de los 75.970 que calculaban los analistas. Y también batió las expectativas en YouTube, donde registró alzas del 12% en ingresos, aunque el coste de adquisición de usuarios fue ligeramente mayor al esperado (12.640 millones, por 12.630 estimados).
Todos los segmentos, de hecho, muestran crecimiento: la búsqueda subió un 11% y la sección de ‘otras apuestas’, donde recoge las inversiones en negocios alejados de los principales, creció un 42%. Pero de poco ha servido todo este festín ante los resultados mixtos de la nube. Especialmente cuando Microsoft, una de sus principales rivales, está exhibiendo un fuerte éxito en este departamento, con el apoyo de la inteligencia artificial.
Google lleva enzarzada en una batalla con Microsoft desde el lanzamiento de ChatGPT, con el que la firma que fundó Bill Gates amenaza con revivir a su buscador, Bing, y crear un rival para un Alphabet que lo creía ya enterrado. Y Microsoft está arrasando en la nube, uno de los principales mercados de crecimiento para las firmas tecnológicas, levantando el temor a que Google se esté quedando rezagado.
La firma de búsquedas sigue ingresando cantidades ingentes gracias a la publicidad, pero el susto de los últimos trimestres de enfriamiento en el sector está haciendo que los analistas consideren un riesgo jugárselo todo a la carta de los anuncios. Pero en la batalla del ‘software’, Google está yendo un paso por detrás de Microsoft, y los mercados están empezando a preocuparse de cara al futuro.