Para que el mundo alcance las emisiones netas cero, es necesario remover miles de millones de toneladas de dióxido de carbono del aire cada año. En la actualidad, el sistema mundial dedicado a su eliminación absorbe menos del 0.01% de esa cantidad.
Para que el mundo alcance las cero emisiones netas, es decir, la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero hasta que lleguen a ser casi nulas, la eliminación del carbono (CO2) será esencial: sencillamente no hay forma de invertir el impacto de la humanidad sobre el clima sin extraer el carbono de la atmósfera. Actualmente, el mundo tiene la capacidad para absorber cientos de miles de toneladas cada año. Pero es necesario multiplicarla por 14,000, hasta llegar a los 10,000 millones de toneladas anuales de aquí a 2050, si se quieren alcanzar los objetivos.
Ese tipo de magnitud parece imposible. Pero Michelle You, cofundadora de la empresa de contabilización de carbono, Supercritical, no está de acuerdo. “La energía solar comenzó con una capacidad minúscula de megavatios; ahora abarca cualquier porcentaje de la red”, asegura. En los próximos cinco años, la energía solar se convertirá en la mayor fuente de energía del mundo y actualmente es la forma de electricidad más económica que se haya producido nunca. Hace solo un par de décadas, era poco competitiva en un nivel completamente absurdo.
La eliminación del CO2 se encuentra al inicio de un viaje igualmente asombroso, opina You. “Hay que invertir y animar a las tecnologías a que alcancen una mayor magnitud, y entonces ocurrirán cosas asombrosas”, destaca. Antes de participar en el evento WIRED Impact que se celebrará en Londres (Reino Unido) el 21 de noviembre, You se sentó con la revista para hablar sobre cómo podemos acelerar este proceso y el papel que desempeña Supercritical en ello.
Esta entrevista fue editada por razones de longitud y claridad.
Cómo eliminar el CO2 en la atmósfera
WIRED: Parece como si la compensación de las emisiones de carbono existiera desde hace tiempo, ¿en qué punto se encuentra actualmente el sector?
Michelle You: Aproximadamente el 95% del mercado está conformado por compensaciones convencionales para “evitar las emisiones”, en las que se paga a otros para que dejen de emitir CO2, impidiendo que se tale un bosque o sustituyendo el carbón por energías renovables en un proyecto, por ejemplo.
Esto es problemático. Si le pagas a alguien para que deje de producir una tonelada de carbono, no llegas al cero neto: la tonelada que generas sigue allá fuera. Para compensarla, todavía tienes que eliminar la cantidad equivalente. Tales compensaciones por evitación también son muy propensas al fraude. Funcionan estimando un escenario futuro hipotético, uno en el que el árbol que protegiste, por ejemplo, se tala. Todo este mecanismo incentiva a la gente a inflar las emisiones de ese supuesto caso. Esta falta de calidad es una de las grandes razones que ha impedido que el mercado del carbono crezca.
El único tipo de compensación que cuenta de verdad para llegar al cero neto es la eliminación permanente de CO2. Por eso, en Supercritical, buscamos e investigamos a los proveedores en nuestra plataforma, para ayudar a las compañías a alcanzar las emisiones netas cero utilizando solo este tipo de compensaciones. Queremos asegurarnos de que cada tonelada de compensación de carbono que vendemos es una tonelada real eliminada durante un período de tiempo definido.
Si únicamente el 5% de las compensaciones eliminan realmente el carbono, ¿cómo ayudamos a que crezca esa parte del mercado?
El principal reto es que la eliminación del CO2 está todavía en una fase muy incipiente y es cara; en promedio, cuesta unos 200 dólares por tonelada. Mientras que la compensación por evitación de emisiones, en promedio, ronda los cinco dólares por tonelada.
Así que nos enfrentamos a un reto urgente de ampliación y fijación de precios en la eliminación del carbono. Pero hay una falta de capacidad porque no hay demanda garantizada, y no existe esta porque el precio y la oferta son inciertos. Así que necesitamos que los compradores se comprometan hoy, para ayudar al sector del suministro a crear esa capacidad. Cuando lo hagan, la curva de costos bajará y entrarán en juego más industrias. Si no tenemos compradores hoy, no dispondremos de esas gigatoneladas de capacidad a escala en 2050.
Lo que intentamos hacer es muy parecido a los acuerdos de compra de energía renovable, en los que, por ejemplo, Google promete adquirirla de un proveedor de electricidad y entonces este toma esos ingresos garantizados para financiar la construcción de capacidad renovable. Así es como debe escalar la eliminación del carbono.
Mencionas a Google. ¿Qué tipo de empresas serán las primeras compradoras potenciales de la eliminación del CO2?
En Supercritical estamos encantados de trabajar con cualquier sector. Pero en las industrias más pesadas y sucias, como la siderúrgica, el precio por tonelada de eliminación de carbono es increíblemente alto. Para estas, es mejor encontrar formas internas de reducir las emisiones: cambiar de proveedores, modificar sus procesos.
En realidad son las empresas ligeras en activos, como las firmas de software, instituciones financieras, consultorías o despachos de abogados, las que son más propensas a comprar en estos momentos, tanto porque el costo asociado es mayor como porque el impacto más significativo que estas empresas reflejan en sus emisiones totales es mediante la compra de la eliminación de carbono.
Si observas una empresa tecnológica común, como Tide, Stripe o Shopify, lo que tienen que hacer para reducir sus emisiones es, principalmente, limitar aquellas derivadas de su negocio y después compensar su cadena de suministro: los anuncios de Google o Facebook, los servicios en la nube de Amazon Web Services. El mejor destino de su presupuesto es comprar compensaciones y ayudar a que crezca la oferta de la eliminación de carbono.
¿Cómo calculan la huella de carbono de una compañía?
En un trabajo anterior, mi tarea era conseguir que la empresa llegara al cero neto. Hablé con muchos consultores y nos pedían un montón de datos. Cuestiones como el uso de aguas residuales, la cantidad de reciclaje que había… aspectos que en realidad no importan.
Así que perfeccionamos nuestro software de contabilización del carbono. Disponemos de unos cuantos datos sencillos que necesitamos, sabiendo cuál es el 80/20 en cuanto a medición, y se basa en lo que sabemos que emite la tecnología. Nos fijamos en el número de empleados y hacemos una encuesta a la compañía sobre su forma de trabajar desde casa, sus desplazamientos, sus emisiones en la nube, su inventario de hardware y sus viajes de negocios. Y por último, incorporamos la información contable y obtenemos factores de emisión relacionadas a los gastos. Un algoritmo de aprendizaje automático revisa toda su contabilidad para determinar a qué rubro corresponde a cada elemento: alimentos, Uber, etc. Y luego los convertimos en emisiones con base en los gastos.
Para otras fuentes de emisiones, realizamos una estimación con base en promedios del sector. Lo simplificamos mucho. En menos de un día, nuestros clientes pueden proporcionarnos la información que necesitamos.
¿Cuáles son los retos habituales de las organizaciones que quieren descarbonizarse?
Las que más escuchamos son: ¿cómo asigno un presupuesto para ello?; es la primera vez que compramos eliminación de carbono, ¿qué tiene de bueno?; si no puedo permitirme compensar el 100% mediante las eliminaciones, ¿con qué empiezo?
Además, los precios fluctúan con gran rapidez porque el mercado es bastante reciente y la oferta muy reducida. Así que los clientes suelen preguntarnos: ¿cómo reservo un presupuesto razonable para los próximos cinco años cuando no sé cuánto me costará? Pero contamos con información sobre los precios para ayudarles en esta tarea y también les asesoramos en la negociación de contratos con los proveedores para fijar una tarifa estable a lo largo del tiempo.
Cuando se habla del cero neto y de la compensación, la conversación suele girar en torno al lavado verde (greenwashing). ¿Qué tan grave es este problema?
Creo que la tendencia ha cambiado un poco en ese sentido. Al menos en nuestra zona, me parece que es más una distracción. El cero neto está bastante claro. No es posible llevar a cabo mucho lavado verde al respecto, porque o tienes un plan para reducir esas emisiones o no lo tienes.
Ahora bien, cuando hablamos con las empresas, les aterroriza el concepto. No quieren decir ni hacer nada porque no quieren que se les acuse de ello. Eso nos frena definitivamente.
En el sector de consumo, sigue habiendo mucho lavado verde. Pero está empezando a abordarse con normativas en torno a la neutralidad del carbono y las declaraciones ecológicas y el etiquetado de la Unión Europea.
Es revelador que no hayamos mencionado la política hasta ahora. ¿Cuál es el papel de los gobiernos en la eliminación del carbono?
En definitiva, para que todo esto sea eficaz, es necesario regular las declaraciones realizadas acerca del cero neto y la calidad de las compensaciones. Por desgracia, el progreso en este sentido ha sido muy lento. Hay un montón de directrices voluntarias que la gente adopta. Está el Consejo de Integridad para el Mercado Voluntario de Carbono (ICVCM, por sus siglas en inglés) que intenta crear principios básicos para identificar y medir la calidad el carbono.
Pero avanzan muy despacio; el ICVCM empezó cuando Supercritical inició sus operaciones en 2021 y todavía no han publicado sus pautas en torno a la calidad. Es muy lento.
La proliferación de directrices y certificaciones también causa confusión en el mercado. Si pudiéramos confiar en que la reglamentación fuera más concluyente en cuanto a la calidad y las recomendaciones, eso ayudaría enormemente a esta escalada. Por desgracia, el gobierno y la política nos han fallado en este terreno.
No falta mucho para 2050 y aún estamos muy lejos de alcanzar la capacidad que necesitamos para la eliminación del carbono. ¿Debemos ser optimistas y pensar que lo conseguiremos?
Es una buena pregunta. Mi experiencia personal fue la siguiente: tuve a mi hijo en 2018 y al mes siguiente de nacer, salió el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático sobre la necesidad de llegar a las emisiones netas cero en 2050, para mantenernos por debajo de los 1.5 grados de calentamiento. Recuerdo que lo leí, ya sabes, a las tres de la mañana porque nunca dormía.
Y pensé: eso no es mucho tiempo. Vas a tener 32 años, me asusta mucho. Pero al final, mi solución a eso fue simplemente hacer lo que pudiera, como ser humano, para ayudar con ello. Al fin y al cabo, no sirve de nada rendirse; solo tienes que confiar en que encontraremos una solución.
Creo en el poder del ingenio humano y en la capacidad de crecimiento que podemos alcanzar si nos lo proponemos. Anteriormente, en 2007, fundé una empresa completamente distinta, que dejé en 2016. Sé lo rápido que la tecnología puede desarrollarse. Sé lo rápido que cambian las circunstancias. Creo que ese tipo de capacidad nos ayudará en esta crisis.