España suspende en educación financiera. No es nada nuevo, pero no por ello deja de ser importante. La última prueba la aportó el Banco de España (BdE) con la Encuesta de Competencias Financieras (ECF) relativa a 2021, que publicó a mediados de mes y que muestra que la mayoría de la ciudadanía adulta (el 81%) del país desconoce alguno de estos conceptos (o todos): inflación, tipo de interés compuesto y diversificación del riesgo en bolsa. ¿Y tú, sabes qué son? En elEconomista.es recogemos las preguntas formuladas por el banco central en el sondeo para que puedas comprobarlo. Debajo de cada una encontrarás la explicación de la respuesta correcta. ¿Te atreves a ponerte a prueba?
Las tres nociones económicas mencionadas, especialmente las dos primeras, son fundamentales a la hora de gestionar nuestro dinero. Mejor dicho, para no perderlo o desperdiciarlo sin querer.
¿Qué es la inflación?
La primera cuestión comenzaba de esta manera: “Imagine que cinco hermanos reciben un regalo de 1.000 euros en total. Si comparten el dinero a partes iguales, ¿cuánto obtendrá cada uno?”. El resultado de 1.000 entre cinco es 200 (euros). Una vez resuelto este interrogante, se añadía:
La respuesta correcta es la C: los cinco hermanos podrían comprar menos dentro de un año con sus respectivos 200 euros de lo que podrían adquirir ahora.
La inflación es el concepto que se refiere a cuando los precios de los bienes y servicios suben de forma generalizada por un periodo de tiempo concreto. Por lo tanto, si los ingresos de una persona (200 euros en el hipotético caso de la pregunta) no suben durante un tiempo determinado (un año) en la misma proporción que la inflación (un 1%), el dinero ‘dará para menos’ pasado ese tiempo.
“La inflación aumenta el coste de la vida”, tal y como explica esta guía del proyecto ‘Finanzas para todos’ del Banco de España, el Gobierno y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Es algo con lo que todo el mundo lidia. No te puedes librar de ella aunque no sepas lo que es. De hecho, a la inflación también se le conoce como el impuesto de los pobres, pues siempre perjudica más a las personas con menores rentas, es decir, las que tienen escasa o ninguna capacidad de ahorrar o de proteger sus ahorros metiéndolos en productos financieros.
La subida general de los precios puede ser un aliado de los gobiernos para, por ejemplo, reducir el peso sobre la economía de la deuda pública (que actualmente en España es de una cifra récord) o para recaudar más por los tributos.
Es más, el papel de la inflación como una especie de impuesto encubierto es juzgado por igual, llamativa e irónicamente, por los liberales (aquellos que consideran que el Estado debe intervenir lo mínimo posible en la economía) y por los intervencionistas (que no lo ven así). Uno de los ejemplos más recurrentes es el de John Maynard Keynes, que forma parte de este último grupo y fue de los economistas más influyentes del siglo pasado. Este británico aseguró: “Con un proceso continuo de inflación, los gobiernos pueden confiscar, secreta e inadvertidamente, una parte importante de la riqueza de sus conciudadanos”. Igualmente, el estadounidense Milton Friedman, ganador del Nobel de Economía en el 76 y uno de los mayores referentes del liberalismo, aseveró que “la inflación es un impuesto sin legislación”.
El organismo encargado de medir la inflación en España es el Instituto Nacional de Estadística (INE). Lo hace con el índice de precios al consumo (IPC). El último IPC general, del mes pasado, se situó en el 3,5% interanual: significa que los precios en general subieron en octubre, de media, un 3,5% en comparación con el mismo mes del año pasado. Es una tasa elevada, pero que se ha moderado considerablemente en los últimos meses: el IPC llegó a estar en el 10,8% en el verano de 2022, siendo la marca más alta en toda la serie histórica del INE, con el duro golpe que supuso para nuestros bolsillos.
Es por todo ello que ahora puedes comprar menos cosas que antes de la pandemia si tu salario (u otro tipo de ingreso) no ha subido, al menos, al mismo ritmo que el IPC en los últimos años o no lo has invertido en activos (bonos, letras del Tesoro, acciones, etc.) o metido en depósitos bancarios, entre otras opciones, que te hayan aportado una rentabilidad de esas magnitudes.
¿Qué es el tipo de interés compuesto?
Volvamos a la encuesta del Banco de España. Así arrancaba la segunda pregunta: “Supongamos que ingresa 100 euros en una cuenta de ahorro con un interés fijo del 2% anual. En esta cuenta no hay comisiones ni impuestos. Si no hace ningún otro ingreso a esta cuenta ni retira ningún dinero, ¿cuánto dinero habrá en la cuenta al final del primer año, una vez que le paguen los intereses?”. La contestación acertada es 102 euros (el 2% de 100 es dos, y 100 euros más dos son 102). Después de esto se agregaba:
La respuesta correcta es la primera opción: más de 110 euros, aunque la diferencia sería poca porque habría 110,41 euros. La clave está en el tipo de interés compuesto, que no es una “fórmula mágica” o algo que dispare tus ganancias de forma casi inmediata (como pretenden hacer creer varios youtubers o influencers en distintas redes sociales).
Empecemos por la base: el interés es el precio del dinero. Es ese porcentaje que pagas de más cuando, por ejemplo, devuelves un préstamo al banco. ¿Pero quién establece el precio del dinero? Los bancos centrales. En el caso de España, no es el BdE como se podría pensar a priori, sino que es el Banco Central Europeo (BCE) el que decide en qué nivel se deben situar los tipos de interés en la eurozona, es decir, en los 20 países que usan el euro.
Entonces, ¿qué es el tipo de interés compuesto? Pues es la acumulación de intereses sobre intereses ya cobrados previamente.
Para ejemplificarlo, volvamos a la pregunta planteada. Tras un año, en la cuenta de ahorro habría 102 euros: los 100 euros ingresados más otros dos euros (por el interés del 2%). Pero al año siguiente no se sumarían otros dos euros, sino un poco más, porque el 2% se calcularía sobre 102 euros (en lugar de los 100 iniciales). En consecuencia, tras el segundo año habría 104,04 euros; 106,12 euros al final del tercero; en el cuarto, 108,24 euros; y al final, al quinto año, 110,41 euros.
Es importante saber que el BCE decide entre subir, bajar o mantener los tipos de interés en las reuniones de política monetaria que celebra cada seis semanas. Sus resoluciones en cada una de ellas se basan en el objetivo que tiene de situar la tasa de inflación de la zona euro en torno al 2% a medio plazo.
Debido al fuerte incremento generalizado de los precios que han sufrido todos los países que usan la divisa comunitaria (al igual que muchos otros), el BCE ha elevado el precio del dinero a un ritmo nunca antes visto desde julio de 2022 hasta septiembre de este año. El tipo principal de refinanciación ha pasado en poco más de un año del 0% al 4,5%, un nivel que no alcanzaba desde 2001. Eso sí, el banco central tiene tres tipos de interes diferentes: si quieres saber cuáles son las diferencias entre ellos, pincha aquí.
En definitiva: el Eurobanco ha encarecido con brusquedad el dinero y, por tanto, ha dificultado el acceso a este para disminuir la capidad de la ciudadanía de demandar (comprar o consumir) bienes y servicios, lo que a su vez reduce la presión sobre los precios. Las familias de todo el Viejo Continente lo han notado (y siguirán notándolo) de distintas maneras, siendo una de las más notables la subida de las hipotecas.
¿Qué es la diversificación del riesgo?
Llegamos al final de la encuesta del Banco de España. La tercera interrogante era la siguiente:
La respuesta correcta es: verdadero. Tal y como explica la CNMV en su guía Cómo invertir en bolsa, cuando se invierte en renta variable existe el riesgo de concentración: “La posibilidad de sufrir pérdidas por invertir una proporción demasiado elevada del dinero disponible en un solo activo o tipo de activo”. Por ejemplo, meter todo o buena parte de nuestro dinero en acciones de Telefónica (una de las compañías más conocidas de las 35 que forman el Ibex, el índice principal de la bolsa española).
Por tanto, la idea de la diversificación se basa en que “es menos arriesgado comprar un poco de muchas cosas, que mucha cantidad de una sola cosa”, explica el organismo supervisor bursátil.
La diversificación es uno de los principios fundamentales en el mundo de las finanzas. “Es la protección contra la ignorancia”, declaró una vez Warren Buffett, uno de los inversores profesionales más conocidos del mundo, si no el que más.
“Cuando se construye una cartera se debe utilizar el sentido común. No ponga todos los huevos en la misma cesta, pero tampoco vaya al otro extremo y utilice demasiadas cestas”, señaló por su parte Stan Weinstein, un famoso analista técnico y colaborador del portal económico estadounidense MarketWatch.
En cualquier caso, se debe tener presente que, se invierta en lo que se invierta, siempre habrá un riesgo (aunque sea mínimo). Es imposible eliminarlo de cualquier decisión que tomemos con nuestro dinero, como tampoco podemos hacerlo con ninguna otra que tomemenos en nuestra vida.