El complejo industrial militar de EE.UU. tiene problemas para alcanzar el ritmo y la receptividad que le permitan mantenerse por delante de competidores como China, según se desprende de un borrador de la primera Estrategia Nacional de Industria de Defensa, citado por Politico este sábado.
De acuerdo con el documento, la base industrial estadounidense no dispone de la “capacidad, receptividad o resiliencia necesarias para satisfacer toda la gama de demandas de producción militar a velocidad y escala”. Además, se describe, los contratistas militares tradicionales “se verían desafiados a responder ante un conflicto moderno a la velocidad, escala y flexibilidad requeridas para cumplir con las exigencias dinámicas de un conflicto de mayor envergadura”.
Asimismo, el informe señala que EE.UU. fabrica las mejores armas del mundo, pero no lo hace de forma suficientemente rápida. “Este desajuste representa un riesgo estratégico creciente a medida que EE.UU. se enfrenta a los imperativos de apoyar operaciones de combate activas […] mientras disuade la amenaza más grande y más técnicamente avanzada que se cierne sobre el Indo-Pacífico”, reza la estrategia.
Según el estudio, la operación militar rusa en Ucrania y el conflicto entre Israel y el movimiento palestino Hamás “pusieron al descubierto un conjunto diferente de demandas industriales y sus riesgos correspondientes”. “Ha quedado claro que las insuficientes capacidades de producción y provisión son ahora problemas profundamente arraigados en todos los niveles de las cadenas de suministro de la producción”, explica el documento.
Para superar esta dificultad, la estrategia del Departamento de Defensa de EE.UU. implica que “desarrollará cadenas de suministro más resilientes e innovadoras” e invertirá en pequeñas y medianas empresas, así como también apuntará a “solicitar participantes de todo tipo: grandes y pequeños, nacionales y extranjeros, aquellos sin relación anterior con el Departamento de Defensa o la producción militar”.