El viceministro de Energías Alternativas, Álvaro Arnez, hizo un balance del año y contó a Sputnik los diferentes proyectos para impulsar la producción de energía limpia y sostenible. Detalló que empresas de Rusia acompañan en el desarrollo de tecnologías para la industrialización de Bolivia.
Desde su asunción, en 2020, el Gobierno de Luis Arce puso especial énfasis en el desarrollo de energías alternativas. Por ello en el departamento de Oruro se aprovecha la radiación del altiplano para alimentar los 300.000 paneles de la planta solar más grande del país.
Así, también, en el área rural de Santa Cruz de la Sierra (este) se aprovechan los fuertes vientos para generar energía eólica. El viceministro de Energías Alternativas, Álvaro Arnez, contó a Sputnik sobre otros proyectos que se desarrollan en el país.
El Viceministerio de Energías Alternativas tiene la finalidad de encaminar al país hacia una transición energética, que deje en el pasado de manera definitiva el uso de combustibles fósiles.
Además de sus ventajas para el medioambiente, las energías sustentables permitirán que Bolivia deje de importar combustibles, cuya venta subsidiada le costaron al Estado 3.000 millones de dólares en este año.
“La transición energética es obligatoria. No es una opción. En este momento, la matriz energética del mundo sigue siendo con base en combustibles fósiles. Pero no solamente por el tema ecológico, sino por el volumen disponible de los hidrocarburos, los países van a tener que seguir esa ruta”, dijo Arnez.
“Las empresas, las industrias que avanzan en este proceso no lo hacen por capricho: saben que estamos en un momento de transición. Quien no sea parte de ello, no va a poder adecuarse de manera rápida y va a perecer”, agregó.
Energía nuclear, litio e hidrógeno verde
En su camino hacia la transición, el viceministerio de Energías Alternativas, dependiente del Ministerio de Hidrocarburos y Energías, trabaja en tres líneas: el desarrollo de la energía nuclear, la industrialización del litio y el impulso del hidrógeno verde.
Para la construcción del Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear, en la ciudad de El Alto, Bolivia cuenta con el apoyo de la empresa estatal Rosatom, de Rusia.
En cuanto a la industria del litio, la empresa rusa Uranium One Group construye, a través de convenios firmados con el Estado boliviano, plantas procesadoras de carbonato de este metal en los salares de Pastos Grandes y de Uyuni, en el departamento de Potosí.
El viceministro Arnez hizo un balance de este 2023 que concluye. Sobre el desarrollo de la energía nuclear, resaltó que están en funcionamiento tres centros de medicina —dos en el departamento de La Paz y uno en Santa Cruz—, que atienden a pacientes que mayormente padecen algún tipo de cáncer.
“Este año hemos avanzado mucho en el trabajo con Rosatom. En octubre pasado inauguramos el Centro Multipropósito de Irradiación [donde se esterilizan toda clase de objetos], que fortalecerá la producción de la agroindustria”, contó.
“También con Rosatom este año inauguramos el ciclotrón [en el centro de investigación de El Alto], que nos permite producir radiofármacos, con los cuales abastecemos a los tres centros de lucha contra el cáncer, además de todos los centros privados que hay en Bolivia”, dijo el viceministro.
Comentó que con la producción de radiofármacos “evitamos la importación que venía de países vecinos”.
El Centro de Tecnología Nuclear estará completo cuando comience a funcionar el reactor de investigación. Se prevé que en 2024 se concluirá su construcción, para ponerlo en marcha en 2025.
La industria del litio
Este viceministerio también aborda la industrialización del litio, sobre la cual “se ha avanzado mucho”, fundamentalmente con la inauguración de la primera planta procesadora en el salar de Uyuni, el pasado 15 de diciembre.
Arnez mencionó la caída del precio internacional del litio, que pasó de cotizar a 75.000 dólares la tonelada en 2022 a 15.000 dólares en la actualidad. “La industria de la electromovilidad se ha desacelerado este último semestre de 2023. Por ello ha descendido el precio del carbonato de litio”, consideró.
No obstante, “Bolivia de manera muy firme ha inaugurado su primera planta industrial, con capacidad para procesar 15.000 toneladas al año. Este hito era necesario para que a partir de 2024 avancemos con la extracción directa del litio (EDL), gracias a los convenios que hemos firmado” con empresas de Rusia y de China.
En enero pasado, la empresa estatal Yacimientos de Litio Boliviano (YLB) firmó un acuerdo con el consorcio chino CBC (CATL BRUNP & CMOC), para construir dos plantas con tecnología EDL en los salares de Uyuni y Coipasa, que producirán hasta 25.000 toneladas anuales cada una. La inversión es de 1.400 millones de dólares.
En junio pasado, YLB firmó convenios con la corporación Citic Guoan, de China, y la empresa rusa Uranium One Group, de la corporación Rosatom. También invierten 1.400 millones de dólares para la construcción de dos plantas en los salares de Uyuni y Pastos Grandes. Cada una producirá 25.000 toneladas anuales.
A esto se suma el convenio firmado el 13 de diciembre pasado para la construcción de una quinta planta de EDL en el salar de Uyuni, también a cargo de Uranium Group One. Cuando funcione a pleno, producirá 14.000 toneladas anuales.
“Hemos logrado estos convenios para impulsar la EDL, con la finalidad de pasar al hito de industrializar cátodos y baterías. Esperamos que nos ayude mucho el precio el siguiente año, para que así tengamos como un pilar de la economía la producción de litio y la exportación”, dijo Arnez.
Sobre el primer convenio con Uranium One Group, resaltó que se le cedió el salar de Pastos Grandes, “que es uno de los salares con mayor concentración de litio”.
Sobre el convenio firmado a mediados de diciembre, evaluó que “es para impulsar la EDL en el salar de Uyuni, el más extenso. La firma del convenio contó con la presencia del presidente [Luis Arce], quien está muy interesado en impulsar esta producción industrial que necesita Bolivia”.
Hidrógeno verde
El Viceministerio de Energías Alternativas impulsa también la producción de hidrógeno renovable, también llamado hidrógeno verde, que se produce a partir de la energía fotovoltáica y la solar, que no emiten dióxido de carbono.
Con estas energías “generamos hidrógeno, que es un combustible que también puede ser utilizado como materia prima para la producción de metanol”, dijo Arnez.
Según el viceministro, el metanol se podría mezclar con diésel y gasolina. “Así podríamos reducir la importación de combustibles“. Además, “el hidrógeno verde puede mezclarse con gas natural”, comentó.
El funcionario estatal afirmó que en 2024 se impulsará el desarrollo de proyectos piloto para la producción de hidrógeno verde.