Por Ari Rabinovitch, Simon Lewis y Nidal al-Mughrabi
7 ene (Reuters) – Altos diplomáticos estadounidenses y europeos buscaron el domingo formas de evitar que la guerra de Gaza se extienda aún más en el inestable Oriente Medio, pero luego de tres meses de iniciado el conflicto, un nuevo derramamiento de sangre puso de manifiesto las dificultades a las que se enfrentan.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, viajaron por separado a la región para tratar de sofocar los efectos de la guerra en Líbano, Cisjordania y las rutas marítimas del mar Rojo, donde los hutíes de Yemen, alineados con Irán, han prometido mantener los ataques hasta que Israel detenga su campaña en el enclave palestino.
“Tenemos un enfoque intenso en evitar que este conflicto se expanda”, dijo Blinken, quien estuvo en Jordania el domingo y también viajará a Israel, Cisjordania, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Egipto durante su cuarto viaje a la región.
El rey Abdullah de Jordania instó a Blinken a utilizar la influencia de Washington sobre Israel para presionarle en favor de un alto el fuego inmediato, según un comunicado de palacio, advirtiéndole de las “repercusiones catastróficas” de la continuación de la campaña militar israelí.
A pesar de la preocupación mundial por la muerte y la destrucción en Gaza y de la presión internacional en favor de un alto el fuego, la opinión pública israelí sigue apoyando firmemente la operación destinada a acabar con el grupo Hamás que gobierna Gaza, aunque se ha producido un gran descenso del apoyo al primer ministro Benjamin Netanyahu.
Netanyahu no ha asumido su responsabilidad por los fallos de seguridad que permitieron a Hamás atacar el sur de Israel el 7 de octubre. Pero ha prometido seguir adelante con las represalias.
“La guerra no debe detenerse hasta que logremos todos los objetivos: la eliminación de Hamás, la devolución de todos nuestros rehenes y la garantía de que Gaza no representará más una amenaza para Israel. Se lo digo tanto a nuestros enemigos como a nuestros amigos”, dijo Netanyahu al comienzo de una reunión semanal del gabinete el domingo.
Unas 1.200 personas murieron y 240 fueron tomadas como rehenes el 7 de octubre, según las autoridades israelíes. Se cree que Hamás sigue reteniendo a más de 100 personas. Para los israelíes, el día más mortífero de la historia del país y los relatos de atrocidades que surgieron posteriormente dejaron la sensación de que la supervivencia del país está en juego.
La ofensiva israelí ha matado hasta ahora a 22.835 palestinos, informaron el domingo las autoridades sanitarias palestinas. Unos 113 palestinos murieron y otros 250 resultaron heridos en distintos ataques israelíes contra Gaza en las últimas 24 horas, dijo el portavoz del Ministerio de Salud de Gaza, Ashraf Al-Qidra.
Los combates han desplazado a la mayor parte de los 2,3 millones de habitantes del enclave, y muchas viviendas e infraestructuras civiles han quedado en ruinas en medio de una aguda escasez de alimentos, agua y medicinas.
“Esperamos que… Blinken nos mire con ojos de misericordia, ponga fin a la guerra, acabe con la miseria en la que vivimos. Somos un pueblo que debe vivir una vida libre y digna”, dijo una mujer, Um Mohamad Al-Arqan, junto a la tienda donde vive.
Blinken, quien visitó Turquía y Grecia al comienzo de su viaje, tratará de presionar a las indecisas naciones musulmanas de la región para que se preparen a desempeñar un papel en la reconstrucción, la gobernanza y la seguridad de Gaza, si Israel logra su objetivo de eliminar a Hamás, dijo un alto funcionario del Departamento de Estado.
LA LUCHA CONTINUARÁ
El portavoz militar israelí, el contralmirante Daniel Hagari, resumió la ofensiva el sábado afirmando que las fuerzas israelíes habían completado el desmantelamiento del “entramado militar” de Hamás en el norte de Gaza y habían matado a unos 8.000 militantes en esa zona.
“Ahora estamos centrados en desmantelar a Hamás en el centro y el sur de la franja (de Gaza)”, dijo en una sesión informativa en línea. “Los combates continuarán durante 2024. Estamos operando según un plan para lograr los objetivos de la guerra, desmantelar a Hamás en el norte y el sur”, dijo Hagari.
Las cifras de víctimas del ministerio de Salud palestino no diferencian entre combatientes y civiles, pero el organismo ha dicho que el 70% de los muertos de Gaza son mujeres y menores de 18 años.
Los tiroteos se intensificaron en la ciudad de Jan Yunis, en el sur de Gaza, así como en distritos del centro del enclave palestino, densamente poblado.
El domingo por la mañana salía humo de los bombardeos israelíes al este y al norte de Jan Yunis. Los ataques israelíes contra viviendas en Jan Yunis mataron a 50 personas, según informaron el domingo funcionarios sanitarios del hospital Nasser.
Soldados israelíes mataron en la Franja de Gaza a personas que cargaban armas en un vehículo y desmantelaron una base de lanzamiento desde la que se disparaban cohetes hacia Israel, según el ejército israelí.
El brazo armado de Hamás afirmó que sus combatientes destruyeron un transporte de tropas en el campo de refugiados de Al Maghazi, en el centro de la Franja de Gaza. Fuera de Gaza, se produjeron nuevos actos de violencia en la Cisjordania ocupada.
La aviación israelí disparó contra militantes palestinos que habían atacado a las tropas en Cisjordania, según el ejército, y las autoridades sanitarias palestinas dijeron que siete palestinos habían muerto en el ataque.
Un agente de la policía de fronteras israelí murió y otros resultaron heridos cuando su vehículo fue alcanzado por un artefacto explosivo durante unas operaciones en la ciudad cisjordana de Yenín, informaron el ejército y la policía.