Los obispos de Perú han emitido un mensaje[1] sobre la base de que “El Perú vive una suma de crisis que afectan la vida social, la economía, la política y sobre todo la ética. Están en crisis los valores que fundaron la Nación, involucrando a muchos de quienes hoy ejercen el poder en medio de un creciente autoritarismo.”
Resaltaron que la corrupción, “que acompaña la vida republicana”, se ha incrementado con la expansión de economías ilegales como el narcotráfico, la minería y la tala ilegal, la trata de personas, el tráfico de inmuebles, “manejadas por organizaciones criminales trasnacionales … que generan permanentes situaciones de violencia e inseguridad a todo nivel” mientras lavan sus activos ilícitos con “inversiones” en … pseudo-empresas, en distintos giros: pesqueras, inmobiliarias, aeronáuticas, educativas, deportivas y recreativas”, que buscan “beneficios subalternos, violando la legalidad” valiéndose de “un Estado débil y manipulable.”
Peor aún, nos dicen que “Las redes criminales han visto lo estratégico de corromper la política. Los partidos han sido reemplazados por organizaciones que no existen para representar, sino solo para ganar puestos para sí mismas en el Estado.” En consecuencia, “En el Legislativo son múltiples las evidencias de ventajas para los congresistas, como las alianzas políticas extrañas y no explicadas”, que traen normas como “los recientes cambios en la Ley forestal y de fauna silvestre, que favorece la deforestación de la Amazonía, y la pone en grave riesgo”, por lo que se exige reconsiderar su aprobación. Reparan también en que “se designa desde el Congreso autoridades con antecedentes dudosos, … también en organismos constitucionales autónomos”.
A la vez que “la independencia de los órganos de control político ha sido dañada”, lo que explicaría por qué “Las muertes no han sido aún esclarecidas. No se ha realizado una investigación efectiva y la necesaria reparación.”
Previamente los obispos habían relacionado las 70 muertes en el contexto de las protestas sociales con “la falta de canales para enfrentar conflictos y construir consensos … en medio de un creciente autoritarismo.” “A ello se añaden las denuncias de mala gestión en áreas vitales: economía, seguridad ciudadana, salud, educación, trabajo, cambio climático.” Por lo que “están deslegitimados el Poder Ejecutivo y el Legislativo, como lo demuestran los altos niveles de desaprobación.”
Pero el problema político más urgente es que ante ese panorama, la sociedad carece de la suficiente “organización para proponer alternativas políticas que generen debate con implicancias prácticas.” Sin esperar “que haya elecciones en dos años que pueden ser muy críticos … Hay que promover ahora iniciativas claras que rompan pronto con este empantanamiento y que los líderes que lo sostienen se abran a nuevos caminos, a un diálogo distinto.”
Concluyen los obispos que “Hoy el país necesita de la buena política: “la buena política une al amor, la esperanza, la confianza en las reservas de bien que hay en el corazón del pueblo” (Encíclica papa Fratelli Tutti No. 196).”
Y hacen una serie de invocaciones, destacando una “al pueblo peruano a tomar posición y asumir un compromiso activo para participar en la identificación y construcción de las salidas que requerimos para superar la crisis, asumiendo corresponsablemente los desafíos, junto a quienes ejercen cargos de autoridad, con la participación también de nuestras comunidades cristianas, cultivando la verdad, la honradez y todas las virtudes evangélicas, cristianas y humanas.”
Llegados hasta acá, ¿qué le aporta a usted, estimado lector o lectora, el mensaje que los obispos, en representación de la Iglesia Católica, nos hacen?
[1] Mensaje de los Obispos del Perú ante la grave situación que vive el país – Conferencia Episcopal Peruana (iglesia.org.pe) La Conferencia Episcopal Peruana se compone de 53 obispos, por lo que llegar a consensos como el de este mensaje para el país, suele ser muy difícil.