“Mi plan es mudar la embajada a Jerusalén occidental”, ha dicho Milei este martes nada más bajar del avión en Tel Aviv en una breve conversación con el canciller Israel Katz.

El mandatario argentino, de igual modo, ha destacado que está “cumpliendo su promesa” de visitar los territorios ocupados por Israel en su primer viaje internacional.

Además, ha manifestado su apoyo a lo que, a su juicio, es la “legítima defensa” de Israel ante el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS).

Minutos después, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, agradeció a Milei la confirmación de su intención de trasladar la embajada argentina a Al-Quds desde Tel Aviv.

Argentina de Milei y la subjetividad neoliberal

El triunfo del ultraderechista Milei en Argentina, aliado de Israel y respaldado por la comunidad judía, destaca cambios políticos locales y desafíos para la izquierda.

Argentinos se manifestaron el lunes frente a la sede de la Cancillería argentina en Buenos Aires para pedir un alto el fuego en la Franja de Gaza, contra la ocupación israelí de los Territorios Palestinos y en oposición a la visita ahora en curso de Milei.

“No en mi nombre. Contra las políticas de sionismo e imperialismo”, fue el lema de la movilización, que más en concreto denunciaba el genocidio practicado por Israel en Gaza, donde más de 27 500 palestinos han muerto desde el 7 de octubre.

Milei ya había destacado su “alineación con Estados Unidos e Israel” en cuanto a la política exterior de su país.

Además, en un acto posterior a su victoria en las elecciones presidenciales, ondeó la bandera de Israel frente a sus seguidores.

De hecho, Argentina —gobernado 20 años por el peronismo— dará un giro radical con Milei a la cabeza, lo que ya le ha generado advertencias de países como Venezuela, Rusia y China, y recientemente que Nicaragua retire a su embajador de Buenos Aires.