La dependencia económica que Alemania tiene de China es muy importante. Tal y como publicaba en un informe el Bundesbank, tal es el vínculo entre ambas potencias que una crisis económica en el gigante asiático reduciría hasta un 1% el PIB en el segundo año. Al mismo tiempo, el sistema financiero alemán incluso se podría ver afectado en el caso de que hubiese una desvinculación económica total germano-china.
La reunión anual de la Asamblea Popular China (APN) y la Conferencia Consultiva del Pueblo Chino (CCPPCh), conocidas como ‘las dos sesiones’, concluyeron este lunes con un informe económico en el que se plantea un objetivo de crecimiento muy ambicioso del 5%, la creación de 12 millones de puestos de trabajo urbanos que haga bajar la tasa de desempleo al entorno del 5,5% y un aumento del IPC hasta el 3%.
Pero, según señala un editorial publicado por Caixin, el informe que presentó el primer ministro chino, Li Qiang, ante los miembros del partido presenta una iniciativa de aperturismo de China hacia la inversión. “Propone reducir la lista negativa de las inversiones extranjeras, sobre todo en el sector manufacturero, y facilitar el acceso al mercado en telecomunicaciones, asistencia médica y otros servicios”, comentan desde Caixin, que califican esta apertura de “impresionante”.