“Los soldados de los países de la OTAN están allí presentes [Ucrania]. Lo sabemos (…). Todos comprenden que eso nos colocará a un paso de una Tercera Guerra Mundial a gran escala. No creo que a nadie le interese”. Así de claro respondió este domingo tras conocerse los resultados de las elecciones rusas el presidente ruso, Vladímir Putin, a las insinuaciones del presidente de Francia, Emmanuel Macron. El pasado mes de febrero el mandatario francés aseguró que “nada debía excluirse para evitar la victoria rusa”. Pese a que ha tenido que matizar sus palabras, ha puesto en el debate público algo que hasta ahora era un tabú: enviar soldados de la OTAN a Ucrania.
El mensaje de Macron ha sido contestado por los socios europeos. El canciller alemán, Olaf Scholz, ha insistido en que no existe “consenso” para enviar soldados y que es algo que se había acordado evitar. No obstante, su queja no se quedó ahí y dejó caer la presencia de técnicos militares británicos y franceses en Ucrania, que estarían ayudando en el lanzamiento de misiles. El terremoto político no tardó en llegar y, pese a que Francia ha asegurado que es un mensaje para plantar cara a Rusia, aireaba un hecho que era un secreto a voces.
Los lideres europeos preguntados han aclarado que no está sobre la mesa enviar tropas y eluden responder si, como reconocen múltiples fuentes a decenas de medios internacionales, ya hay de forma no oficial personal de enlace en Ucrania. Sí advierten de la complicada situación tras dos años de guerra y la necesidad de fortalecerse. De hecho, la OTAN ha anunciado que en los próximos meses realizará el STEADFAST DEFENDER 2024, el mayor ejercicio militar en Europa desde la guerra fría. En él participarán aproximadamente 90.000 soldados de los 31 Aliados de la OTAN, incluido Suecia.
En este sentido, la ministra de Defensa española, Margarita Robles, ha subrayado durante una entrevista en el periódico La Vanguardia que Putin es “una enorme amenaza” y ha recordado “hoy en día, un misil balístico puede puede llegar perfectamente desde Rusia a España”. Robles ha insistido en que España no enviará tropas, pero sí ha “llamado la atención” de la sociedad española para que sea consciente del “enorme peligro que hay en este momento”.
Las palabras casi alarmantes de Macron son suyas y de casi nadie más. Al final, Bruselas apela a la calma a la vez que toma decisiones. “Estamos hablando de poder gestionar nuestra propia seguridad”, insisten las fuentes comunitarias consultadas por 20minutos, en la misma línea de algunos altos cargos como Josep Borrell o los comisarios Margrethe Vestager o Thierry Breton. En realidad, el bloque sobre la cuestión de la Defensa se divide por dos veces en dos. La primera división es geográfica: los Bálticos son los más preocupados por una ‘continuación’ de la invasión rusa sobre sus territorios, algo lógico teniendo en cuenta que se trata de países fronterizos; el resto, y sobre todo Alemania y los países del sur parecen más tranquilos y su mirada al largo plazo piensa que llegará el momento de una negociación con Putin.
La otra división que se da es mucho más decisiva para el futuro de la UE: se habla de Defensa europea, sí, pero hay que preguntarse por dónde empezar ese ‘rearme’. De nuevo sale a colación el concepto de autonomía estratégica, aunque Polonia -y otros- habla de “capacidades para defenderse de un ataque militar si se da el caso”; en el otro lado están los Estados miembros, como España o Alemania, que se centran en la cuestión industrial: “Se trata de no depender de otros”, insisten, y se remiten “a los hechos de las últimas semanas”.
Por ejemplo, la UE ha presentado su primera Estrategia de Defensa en la que la Bruselas propone tres elementos clave: adquirir en común al menos el 40% de los equipos de Defensa de aquí a 2030; garantizar que, para 2030, el valor del comercio de defensa dentro de la UE represente al menos el 35% del valor del mercado de defensa de la UE y también avanzar de manera constante hacia la adquisición de al menos el 50% de su presupuesto de defensa dentro de la UE para 2030 y el 60% para 2035.
Además, este mismo lunes esa posición española se ha visto cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, les ha dicho a representantes de la industria de la defensa, “caracterizada por la alta cualificación de sus profesionales, su eficacia y su alta capacidad tecnológica”, que su papel es “clave” para atender las “necesidades urgentes” del Ejército ucraniano y de esa Estrategia Europea de Defensa. Según Moncloa, el jefe del Ejecutivo les ha agradecido su “compromiso en un contexto geopolítico muy complejo”, en el que España trabaja para “prepararse ante las posibles amenazas de seguridad y aumentar el nivel de autonomía estratégica”.