“Para el primer semestre del año la inflación va a estar en un dígito”, aseguró semanas atrás durante una entrevista televisiva el ministro de Economía de la Argentina, Luis Caputo. Es, tal como reconocieron desde la Casa de Gobierno, el mismo mensaje que el presidente Javier Milei busca imprimir tanto en público como en privado.
Desde el momento en que el libertario asumió como presidente en diciembre del año pasado, puso en marcha un programa de reestructuración estatal y desregulación de la economía que tiene como objetivo reducir el tamaño del Estado, recortar gastos públicos y terminar con el déficit fiscal que acompaña a Argentina desde hace años, explica repetidamente el propio Milei.
En el gobierno se ilusionan con que las estadísticas oficiales empiecen a acompañar al discurso presidencial. Los aumentos de precios se moderaron por segundo mes consecutivo en febrero y alcanzaron un 13,2 %, lo que se traduce en una inflación interanual del 276,2 %. En enero el índice de precios al consumidor (IPC) había sido del 20,6 % y en diciembre del 25,5 %, la cifra más alta en tres décadas.
A pesar de esta tendencia, distintos especialistas consultados por la Voz de América se mostraron cautos a la hora de analizar el rumbo de la economía argentina.
“La inflación se desaceleró en febrero, pero no hay indicios de que se siga ralentizando en marzo, que además es un mes de alta estacionalidad”, dijo Micaela Fernández Erlauer, analista senior del área de economía de Fundar, una organización de investigación y diseño de políticas públicas.
En la misma línea, Leandro Mora Alfonsin, economista especializado en desarrollo productivo y ex director nacional de Política Industrial, aseguró que “no está para nada cerrado de que el país se encuentra en un sendero donde la inflación será cada vez más baja; la Argentina mantiene un esquema permeable a shock que no permite cantar victoria ahora”.
“En tan solo tres meses ajustamos 11 puntos del Producto Bruto Interno (PBI), único en la historia del mundo”, enfatizó el presidente Milei el fin de semana durante una entrevista en Radio Mitre.
Dicho recorte se concentró en frenar por completo la obra pública, despidos de empleados y corrección de precios que estaban regulados o subvencionados por el Estado, entre otras medidas.
En este punto, todos los especialistas consultados por la VOA coincidieron en que “para lograr controlar la inflación a largo plazo se necesita reducir el déficit fiscal, el gasto público, no depender del financiamiento del banco central y lograr superávit -que se recaude más de lo que se gasta-“, explicó el analista económico Damián Di Pace.
“Correctamente el gobierno está planteando un programa económico con dos anclas”, sostuvo Fernando Marengo, economista jefe de la consultora BlackTORO Global Investments, para luego detallar: “La primera es la fiscal, donde busca subir ingresos y bajar gastos; mientras que la segunda es cambiaria, donde Milei busca estabilizar la cotización del dólar en un país donde los precios se mueven por el tipo de cambio”.