Bulgaria, el país más pobre de la Unión Europea, tendrá que celebrar en las próximas semanas sus sextas elecciones en tres años ante la crisis abierta en la coalición formada hace sólo diez meses, debido a que este jueves ha fracasado el tercer y último intento para formar nuevo Gobierno.
La formación populista Existe Tal Pueblo, sexta en el Parlamento, rechazó este jueves el encargo del presidente del país, Rumen Radev, de formar nuevo Ejecutivo, tal y como hicieron en los días anteriores el conservador GERB y el europeísta PP-BD, los dos partidos que habían compartido responsabilidad de gobierno los últimos diez meses.
La mayoría de las seis fuerzas parlamentarias quieren que los nuevos comicios coincidan con las elecciones al Parlamento Europeo del 9 de junio.
En junio de 2023 GERB y PP-BD acordaron alternarse cada nueve meses en el cargo de primer ministro, en un intento de romper el prolongado bloqueo político por la falta de mayorías y el cruzado enfrentamiento entre todas las fuerzas por temas de corrupción y diferencias entre partidos pro rusos y proccidentales sobre la invasión de Ucrania.
Esa rotación fracasó la semana pasada por falta de acuerdo sobre los nombramientos de ministros y el programa de Gobierno para los próximos meses. Quien debería haber ocupado el puesto de primera ministra por el GERB, la hasta ahora viceprimera ministra y ministra de Exteriores, María Gabriel, devolvió al presidente el primer mandato.
Para poder celebrar elecciones el 9 de junio, el presidente debe emitir el correspondiente decreto antes del 9 de abril. Radev ha anunciado este jueves que empezará ya los contactos para designar a un primer ministro interino y que tratará de acelerar el proceso de convocatoria electoral.
Una reciente reforma constitucional permite al presidente nombrar a un jefe de Gobierno provisional elegido entre diez cargos públicos, entre los que se cuentan el gobernador del Banco Nacional, el presidente del Parlamento o el defensor del pueblo, cuya función será preparar al país para las elecciones.
Radev ha advertido del riesgo de que la crisis política se vuelva crónica en este país, miembro de la OTAN, que aspira a asumir el euro como moneda en 2025 y que este domingo entra de forma parcial en el espacio Schengen de libre circulación de personas y mercancías.
