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Medio Ambiente

La Tierra es nuestro hogar. Así está cambiando

Durante 136 años, National Geographic ha trazado el estado de nuestro planeta, iluminando para los lectores las maravillas de nuestro mundo y ayudándoles a comprenderlo mejor. Nunca hemos sido tímidos a la hora de documentar los retos a los que se enfrentan las comunidades de todo el mundo, como la contaminación, el desarrollo excesivo y, por supuesto, el cambio climático. Especialmente en los últimos cinco años, hemos llamado la atención no sólo sobre los problemas (que son evidentes y cada vez más urgentes) sino también sobre las soluciones que podrían ayudarnos a abordar los desafíos a los que todos nos enfrentamos como seres vivos en el planeta Tierra.

A continuación presentamos una selección de 20 reportajes de este periodo sobre el estado de nuestro hogar, todos ellos de gran relevancia en la actualidad. Tenemos artículos sobre cómo se está remodelando el mundo natural, sobre la contaminación global y sobre las promesas y los peligros de nuestra rápida transición energética. Y analizamos los efectos de los cambios medioambientales en nosotros, desde la inseguridad alimentaria hasta los conflictos.

Desde mi punto de vista, hay tres aspectos clave de esta cobertura. En primer lugar, al tratar de abordar las causas profundas del cambio climático (en particular, las emisiones de gases de efecto invernadero) tendremos que aprovechar la tecnología para que nos ayude, junto con las reducciones generales, y algunas de esas tecnologías son prometedoras. En segundo lugar, actualmente no estamos haciendo ninguna de esas cosas con la rapidez suficiente y necesitamos un mayor compromiso de los sectores público y privado, y de cada uno de nosotros como individuos, para invertir nuestra trayectoria actual. Y en tercer lugar, tanto ahora como en el futuro, el impacto de las crisis medioambientales no se dejará sentir por igual, siendo los más vulnerables de entre nosotros (tanto la fauna salvaje como las poblaciones humanas) los que más sufran. Pero la solución del problema nos incumbe a todos, y sólo podemos hacerlo juntos. Tengo la esperanza de que lo lograremos.

Por término medio, los famosos cerezos en flor de Washington D.C. han alcanzado históricamente su punto álgido de floración en torno al 2 de abril. Este año, las flores empezaron a asomar a mediados de marzo y alcanzaron su punto álgido el 17 de marzo. Éste es sólo un ejemplo de la desincronización de la naturaleza. Los árboles dejan caer sus coloridas hojas otoñales más tarde, las flores florecen antes y la nieve casi desaparece en invierno en algunas regiones. Estos nuevos relojes son perjudiciales para la vida salvaje: los polinizadores no recogen el polen a tiempo, los árboles no descansan lo suficiente y el camuflaje de los animales no funciona, exponiendo a las especies a los depredadores.

Los bosques no sólo proporcionan hábitats a miles de especies diferentes, sino que también nos ayudan a luchar contra el cambio climático, extrayendo dióxido de carbono de la atmósfera y encerrándolo bajo tierra. Sin embargo, los hemos talado a un ritmo alarmante. Ahora, el cambio climático está provocando condiciones meteorológicas extremas (sequías en algunas regiones, inundaciones en otras) y dificultando la supervivencia de los árboles. Tenemos soluciones para ayudarlos, pero está por ver si las ponemos en práctica.

Cerca del 83% de la población mundial vive bajo cielos nocturnos llenos de contaminación lumínica. Esto no sólo oscurece nuestra visión de las estrellas, sino que también desequilibra nuestro ritmo circadiano, crucial para un sueño saludable. Pero la fauna es la que más sufre. Atraídas por la luz, las aves pueden desviarse de sus rutas migratorias y es más probable que se estrellen contra los edificios. Y las especies de luciérnagas, muchas de ellas en peligro de extinción, no consiguen aparearse cuando el cielo está contaminado por la luz. Esto pone en peligro toda su existencia.

En abril de 2020, exploramos dos escenarios: uno en el que salvamos el planeta y otro en el que no hacemos nada. Publicamos un artículo sobre nuestros éxitos en conservación y los avances en la preservación del hábitat y los programas de cría en cautividad que han salvado a animales que pensábamos que dejarían de existir. Un artículo complementario mostraba que muchas más especies siguen pasando desapercibidas.

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