El primer destino de Scholz fue el centro industrial de Chongqing, donde él y su delegación de ministros y líderes empresariales visitarán una empresa parcialmente financiada por Alemania y otros sitios en la gran ciudad, que es una base de producción para la industria automotriz y otras industrias de China.
Scholz también tiene previsto visitar el centro financiero de Shanghái durante su visita de tres días, antes de viajar a la capital, Beijing, para reunirse con el presidente chino Xi Jinping y el primer ministro Li Qiang.
Empresas alemanas como BMW y Volkswagen dependen en gran medida del mercado chino, pero el apoyo de Beijing a Rusia crea fricciones con Occidente.
La economía alemana se ha beneficiado de la demanda china de inversiones y productos manufacturados, desde automóviles hasta productos químicos, pero esos lazos se han desgastado en medio de una creciente competencia de las empresas chinas y regulaciones más estrictas. También se ha culpado a la interferencia política de la fuerte caída de la inversión extranjera.
Las empresas alemanas han argumentado que enfrentan barreras de mercado injustas en China y el gobierno ha impulsado una política de “eliminación de riesgos” a fin de reducir la dependencia del mercado y de los proveedores chinos.
Pese a eso, China siguió siendo el principal socio comercial de Alemania por octavo año consecutivo en 2023, con 271.000 millones de dólares en bienes y servicios intercambiados entre ambas partes, ligeramente más de lo que Alemania comerció con Estados Unidos, pero una contracción del 15,5% respecto del año anterior. Las exportaciones alemanas a China totalizaron 104.000 millones de dólares.