La Unión Europea no quiere que las tensiones vayan a más en Oriente Próximo. Ese es el mensaje principal que ha salido de la primera jornada del Consejo Europeo, que se celebra estos días en Bruselas: el objetivo debe ser evitar una escalada después de los ataques de Irán sobre Israel, que, según palabras del Alto Representante, Josep Borrell, han puesto la situación “al borde del abismo”. Los jefes de Estado y de Gobierno han incidido en pedir “máxima moderación” para evitar una escalada en la región, y al mismo tiempo ven clave la necesidad de “un alto el fuego” inmediato en Gaza, camino de esa seguridad y estabilidad.
El bloque condena los ataques de Irán contra Israel, siendo esta la base del discurso de este miércoles. “Se deben hacer todos los esfuerzos posibles para ayudar a traer estabilidad a la región y evitar una escalada”, recogen las conclusiones. Todo eso va de la mano del escenario actual en Palestina, sobre el que los 27 piden la llegada de ayuda humanitaria de manera urgente y la liberación de los rehenes de Hamás, dos cosas que ya habían solicitado en la anterior cumbre.
Ya antes de arrancar la cumbre la mayoría de líderes coincidieron en la idea de “evitar un baño de sangre en la región”, a la vez que condenaron la ofensiva israelí. “Lo último que necesitamos es una escalada”, aseguró el primer ministro belga, Alexander de Croo. Las reacciones que vayan más allá de la contención pueden tener consecuencias dramáticas”, avisó, en la misma línea que otros colegas como el canciller alemán, Olaf Scholz, que pidió a Israel “fortalecer sus posiciones” en la zona, pero no “responder con otro ataque”. Ese llamamiento a la cautela fue compartido por otros como Giorgia Meloni o Emmanuel Macron.
En cuanto a las conclusiones el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se dijo conforme con la posición de la UE, en un condena rotunda a las acciones iraníes, una petición de contención a las partes para evitar una escalada, la solicitud de un alto el fuego en Gaza y la llamada a la la celebración de una Conferencia de Paz, algo que ha defendido España “desde hace mucho tiempo”, tal como recordó el jefe del Ejecutivo ante los periodistas. “Tenemos que trabajar por la paz y por la prosperidad”.
Hubo espacio también para la parte más peliaguda, que fueron las sanciones, encontró un mensaje duro por parte del líder lituano, Gitanas Nauseda, muy crítico con Irán: “Es responsable de lo que está ocurriendo en Oriente Próximo, pero también por el apoyo militar a Rusia. Espero que seamos lo suficientemente exigentes con la política de sanciones”. No estuvo en la mesa por ejemplo que se tomen medidas contra la Guardia Revolucionaria, algo que las voces más drásticas habían pedido. El resumen final, eso sí, pudo hacerlo más o menos el primer ministro irlandés, Simon Harris. “La posición es clara: hay que enfocarse en desescalar la crisis y que todas las partes muestren contención, porque sino puede provocarse una catástrofe significativa y un baño de sangre en una región que ya es inestable”, expresó.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, comentó tras el encuentro que los Estados miembros muestran todo el apoyo a Israel tras los ataques, pero estos no pueden suponer una escalada. “Instamos a todas las partes a que actúen con la máxima moderación”, recalcó el dirigente belga ya entrada la madrugada. En lo que no ha habido apenas avances es en la ampliación de sanciones, pues ni siquiera se menciona en el documento de conclusiones. La siguiente parte de la agenda será ya este jueves con el debate sobre industria y competitividad de la UE
En la reunión hubo especio, por otro lado, para que hablase por videoconferencia el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que pidió que se le diera el mismo trato a Kiev que, dice, se le está dando ahora a Israel por parte de la UE. “Nuestro cielo ucraniano y el cielo de nuestros vecinos merecen la misma seguridad”, expresó. Los jefes de Estado y de Gobierno europeos son conscientes de que tiene que mantenerse la ayuda a Ucrania, pero en el país el ánimo parece que va decayendo, de ahí que Zelenski aumente la presión sobre los aliados. En las conclusiones, de hecho, los 27 se han comprometido a suministrar defensas aéreas a Kiev, además de avanzar en el uso de activos rusos congelados precisamente para respaldar las dinámicas ucranianas.