En cualquier sistema democrático, la separación de poderes y la fiscalización adecuada son elementos fundamentales para garantizar un equilibrio y un funcionamiento eficiente del Estado. En el caso específico del Perú, el Consejo Fiscal del Estado ha sido establecido con la importante tarea de controlar y supervisar las finanzas públicas, asegurando que los gobiernos de turno no se excedan en la obtención de créditos o préstamos más allá de lo recomendable, y garantizando un déficit fiscal cero o un monto mínimo razonable.
Recientemente, ha surgido una preocupante discusión en torno al respeto de las funciones de este consejo, especialmente a raíz de una situación alarmante en la Municipalidad de Lima. Esta entidad ha logrado obtener un préstamo que desafía las reglas establecidas por el Consejo Fiscal del Estado, creando un precedente negativo que amenaza con socavar los pilares macroeconómicos que han garantizado el crecimiento económico y una relativa estabilidad en el país, a pesar de las múltiples crisis políticas y el caos que a menudo caracterizan el panorama político peruano.
Es crucial entender que el papel del Consejo Fiscal del Estado no es meramente burocrático, sino que desempeña un papel vital en la protección de la salud financiera del país. El incumplimiento de sus directrices puede tener consecuencias graves, incluyendo un aumento del riesgo de crisis económicas, una mayor inestabilidad financiera y una pérdida de confianza por parte de los inversionistas y la comunidad internacional.
Además, el respeto a las funciones del Consejo Fiscal del Estado es esencial para mantener la credibilidad y la transparencia en el manejo de las finanzas públicas, aspectos fundamentales para el desarrollo sostenible y el bienestar de la población.
En conclusión, es imperativo que las autoridades peruanas reconozcan la importancia del Consejo Fiscal del Estado y respeten sus decisiones y directrices. Solo mediante un compromiso firme con la fiscalización responsable y el respeto a las instituciones democráticas se podrá garantizar un futuro próspero y estable para el país.
Las populismos. las aspiraciones políticas de los sectores hoy cogobernantes , no pueden llevar a socavar las reglas de disciplina fiscal, que no gustan, pero son una de las razones de porque que el país, no esté en una situación peor.