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¿Quién fue Fernando, el hijo menor de Tupac Amaru II, que sufrió las peores torturas de los españoles?

Hace 242 años Túpac Amaru II hizo la rebelión contra los españoles y su hijo menor Fernando Túpac Amaru Bastidas fue torturado durante años en Cusco, Lima y Europa.

Fernando Túpac Amaru Bastidas sufrió una vida llena de calvarios. Fue el hijo menor de Túpac Amaru II y Micaela Bastidas. Foto: comoposición LR/Libro “Este cautiverio y agonía sin fin”/Bicentenario.gob

Todos los peruanos conocemos a los héroes nacionales Túpac Amaru II y Micaela Bastidas, quienes sacrificaron su vida por la independencia de los peruanos ante la corona española. Si bien toda la familia de José Gabriel Condorcanqui Noguera fue ejecutada luego de que los españoles los atraparan, hay uno que sobrevivió y pasó penurias terribles durante toda su vida: Fernando Túpac Amaru-Condorcanqui Bastidas.

El hijo menor de los revolucionarios fue condenado en vida a pasar las peores vejaciones y agonías. Desde niño, hasta el último de sus días, pasó por diversas penurias, las cuales solo se calmaron con la muerte. A continuación, te contamos su historia.

El inicio del calvario de Fernando Túpac

Fernando Túpac era solo un niño de 10 años de edad cuando tuvo que presenciar la muerte de toda su familia. Vio cómo ejecutaron a su padre, Túpac Amaru II; a su madre, Micaela Bastidas; y a su hermano Hipólito Túpac, quien tenía 20 años.

Después de los asesinatos de los héroes nacionales, Fernando Túpac y su hermano, Mariano Túpac, de 18 años, fueron llevados a las celdas, donde pasaron un sinfín de calvarios. Se les negó el alimento y el agua durante días, no los dejaban dormir y, las pocas veces que comían, solo eran sobras en estado de descomposición. No tenían ningún colchón y, a la hora de descansar, tenían un mecanismo que no les permitía conciliar el sueño con tranquilidad.

Fernando Túpac Amaru-Condorcanqui Bastidas

Los españoles colocaban un extraño mecanismo a los reclusos rebeldes. Foto: Libro ‘Este cautiverio y agonía sin fin’

Días después, unos verdugos entraron a su carceleta para castrar a los hermanos Condorcanqui Bastidas, esto con el objetivo de que Túpac Amaru II no tuviera descendencia. Ambos pasaron dos años en esta prisión, hasta que llegó una orden para partir a Lima.

Además de Fernando y Mariano, había otros prisioneros, siendo alrededor de 80 personas. Antes de ir a la capital, se les puso grilletes en las manos y pies, además de cadenas, para que nadie pudiera escapar. Es así como todos, encadenados, comenzaron un viaje inhumano de 1.100 kilómetros, ya que los reclusos tenían un estado de salud deplorable y, encima, tenían que ir a pie sin zapatos.

Las condiciones eran igual de terribles que antes, puesto que no les daban de comer ni descansos, solo seguían ingiriendo sobras de comida y, cuando dormían, lo hacían a la intemperie. Si alguien se quejaba, era torturado hasta sangrar. Según las cartas de Fernando, esta caravana duró 60 días y 60 noches. Muchos murieron por deshidratación e inanición; incluso, el cadáver de una mujer fue arrastrado. Poco a poco más personas fallecieron en el camino.

Fernando Túpac Amaru-Condorcanqui Bastidas

Los reclusos recorrieron más de 1000 kilómetros hasta llegar Lima. Foto: Libro ‘Este cautiverio y agonía sin fin’.

Una vez que los sobrevivientes llegaron al Callao, a la Fortaleza Real Felipe, estuvieron dos meses con las mismas paupérrimas condiciones. Dormían de pie, a oscuras y sus necesidades las hacían allí mismo. A pesar de la agonía que padecían, Mariano le decía a Fernando que no debía llorar ni intentar suicidarse, ya que eso es lo que buscaban los españoles, su rendición y derrota.

Después viajaron a España, donde Fernando, posteriormente, sería llevado a una mazmorra en África. Durante este viaje, la comida no alcanzaba para los tripulantes, por lo que era mucho peor para los reclusos. La única forma de alimentarse era limpiando la cubierta.

Las torturas no fueron soportadas por Mariano y terminó muriendo a mitad del periplo. Días después, el capitán falleció a causa de la viruela y, como el que lo relevó no tenía experiencia, hizo que su tripulación sufriera un naufragio. Tanto españoles como criollos perecieron ahogados y pocos sobrevivieron.

Fernando Túpac en España

Fernando, después de este incidente, pudo escapar, pero luego se vio obligado a entregarse porque, tarde o temprano, lo encontrarían. Una vez que ello sucedió, pudo evitar que lo llevaran a África y, cuando se asentó en España, fue de cárcel en cárcel, siendo una de las más crudas el del castillo de San Sebastián, en Cádiz.

En dicha prisión, todos estaban en una misma celda y comían pan duro, dormían en el piso y estaban prohibidos de hablar. Los cólicos, la fiebre y los dolores en los dientes siempre estaban presentes. Los reclusos tampoco podían cambiarse de ropa, puesto que no había agua. Muchos de ellos, ante la falta de higiene, desarrollaron miasis bucal.

Los presos españoles, por su nacionalidad, gozaban de ciertos privilegios. Incluso, los esclavos africanos tenían mejores condiciones a comparación de Fernando, quien, junto a otras personas de orígenes indígenas, continuaron pasando una vida de calvarios.

Cuando el menor de los Condorcanqui Bastidas cumplió 17 años, se le comunicó que sería llevado a las escuelas pías de Getafe. Fue así como logró educarse, aunque también era encerrado y solo podía salir para ir a sus clases.

Fernando Túpac Amaru-Condorcanqui Bastidas.

Fernando Túpac y sus primeras memorias. Foto: Libro ‘Este cautiverio y agonía sin fin’.

Cuando aprendió a escribir y leer, Fernando Túpac redactó sus primeras memorias, las cuales iban dirigidas a su familia fallecida. También le dedicó palabras a su tío, a las cortes españolas y a los hijos que nunca iba a tener.

Fernando también elogió la Revolución Francesa, ya que lo veía como una esperanza hacia la libertad. Como se motivó por este acontecimiento histórico, empezó a escribirle cartas al mismo rey para solicitarle la residencia española, entre otros pedidos, pero todos se les fueron negados.

Los españoles querían que tomara una vida eclesiástica y olvide todo lo relacionado con sus orígenes, así como a su familia. Incluso, lo presionaron para que aborrezca los actos revolucionarios de su padre, Túpac Amaru II, pero jamás hizo caso.

Fernando Túpac en sus últimos días

Fernando enfermó gravemente a los 29 años y murió en agosto de 1799. En sus últimas misivas, se cuestionó hasta el último momento por qué pasó por tantos sufrimientos. “La cárcel envejece y borra la sonrisa del hombre más duro”, se lee en una de sus memorias, las cuales fueron publicadas en el libro “Este cautiverio y agonía sin fin”, cuyo autor es José Luis Ayala Olazával.

¿Quién fue Túpac Amaru?

El héroe peruano descendiente de la realeza inca, tenía como nombre José Gabriel Condorcanqui y era curaca de Surimana, Tungasuca y Pampamarca. Adoptó el nombre de Tupac Amaru II y encabezó la más destacable revolución indígena de la época colonial contra el maltrato que recibían los indios por parte de los conquistadores españoles.

¿Qué significa Túpac Amaru en quechua?

El nombre del héroe peruano significa en español ‘serpiente resplandeciente’.

Túpac Amaru II fue el primer caudillo inca en exigir la liberación de todos los pueblos. Foto: difusión

Túpac Amaru II fue el primer caudillo inca en exigir la liberación de todos los pueblos. Foto: difusión

¿Quién fue Micaela Bastidas?

Micaela Bastidas Puyucahua fue esposa de Túpac Amaru II y se volvió en una una prócer de la independencia hispanoamericana. Tuvo un papel importante durante la rebelión de Tinta y también influyó en las mujeres indígenas para que luchen contra la opresión del mandato español. A pesar de que sufrió torturas y fue ejecutada junto a su familia, hasta el último momento de su vida jamás delató a sus compañeros y hoy en día es considerada como un símbolo de lucha.

¿Quién fue el que traicionó a Túpac Amaru?

Túpac Amaru II se dirigió a Combapata luego del golpe que propinó el ejército virreinal a los sublevados en la batalla de Checacupe. Sin embargo, esto fue el inicio de su caída, dado que el criollo Francisco Santa Cruz lo entregó a los españoles junto con su familia.

Fuente: La República

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