Es una buena noticia que un destacado empresario como Carlos Añaños se haya adherido a un partido y anuncie su intención de contribuir a generar un consenso en torno a ideas de unidad, moderación y desarrollo.
La actividad política se halla desacreditada en los tiempos que vivimos. La multiplicación de graves casos de corrupción en la cúspide del Estado, la ineficiencia del Estado para hacer frente a la pobreza y el auge de la criminalidad vienen provocando una desconfianza en las autoridades políticas, tal como se expresa en las encuestas y en reacciones espontáneas de ciudadanos.
Por eso es una buena noticia que un destacado empresario como Carlos Añaños se haya adherido a un partido y anuncie su intención de contribuir a generar un consenso en torno a ideas de unidad, moderación y desarrollo.
Nacido en Ayacucho en 1966, Añaños conoció de cerca las consecuencias del horror terrorista que a partir de su región se expandió en la mayor parte de nuestro territorio. Por eso él encarna la resiliencia de la sociedad civil que no se dejó someter a las formas arcaicas del comunismo que preconizaba Sendero Luminoso, con el retorno a formas precapitalistas de producción.
Añaños es el fundador de una empresa de bebidas gaseosas que desde los Andes ha sabido conquistar mercados internacionales, primero en México y luego en otros países de América Latina y del sudeste asiático. Aunque participó en la campaña del 2021 con Avanza País se retiró de ese partido y decidió adherir al Partido Perú Moderno, fundado en el Cusco.
No es la primera vez que un conocido empresario sale de su zona profesional de confort para entrar a un terreno en el que la competencia es ruda y en el que abundan los golpes bajos. No necesariamente se convertirá en un candidato presidencial, pero desde ya está dando un ejemplo que contrasta fuertemente con la mediocridad de muchos congresistas y operadores de los partidos.
Su tarea es proponer al país una nueva esperanza inspirada en los logros que él puede mostrar en su trayectoria profesional. Esperemos que su ejemplo sea imitado y que su participación aliente las energías constructivas de los que no queremos resignarnos al retroceso institucional, moral y económico.
Fuente: RPP
