La papa, ese tubérculo originario de los Andes, debería ser motivo de orgullo y desarrollo para el Perú. Sin embargo, en los últimos años, hemos visto cómo países como Estados Unidos y Colombia nos superan en calidad de producción para el consumo cotidiano. ¿Cómo es posible que el país que le dio al mundo la papa esté quedando rezagado en su propio producto insignia? Este es un reflejo de un descuido monumental por parte de las instituciones, la academia y los sectores responsables de promover la agricultura y la investigación en el Perú.
El Descenso en la Calidad: ¿Quiénes son los responsables?
El problema radica en una serie de factores interrelacionados: falta de innovación tecnológica, escasa investigación y ausencia de políticas serias por parte del Ministerio de Agricultura. En el último ranking de calidad de papas para el uso cotidiano, el Perú ocupa una posición decepcionante frente a potencias que no cuentan ni con la mitad de nuestra diversidad genética.
Mientras otros países han apostado por la ciencia para mejorar sus cultivos, en Perú hemos dejado que la papa pierda su valor. No se ha invertido en la creación de nuevas variedades más resistentes al frío, a la sequía o a los cambios climáticos que afectan a nuestros agricultores. ¿Dónde están las iniciativas del gobierno? ¿Dónde está la academia?
Un Abandono Tecnológico y Cultural
El problema no es solo agrícola; es cultural. Mientras países como Estados Unidos han desarrollado tecnologías avanzadas para la optimización de sus cultivos, en Perú seguimos utilizando métodos tradicionales que no han sido actualizados ni optimizados. La falta de un enfoque tecnológico ha dejado a nuestros agricultores en desventaja, y como resultado, la papa peruana pierde protagonismo en mercados nacionales e internacionales.
¿Y la academia? Las universidades parecen haberse olvidado del potencial que la papa tiene para el desarrollo de nuevas investigaciones y tecnologías. No existe un instituto de investigación dedicado exclusivamente a la papa, una omisión que resulta casi incomprensible dado que este tubérculo debería ser una prioridad nacional.
Una Propuesta para el Futuro: Ciencia, Tecnología y Gastronomía
El Perú necesita una revolución en torno a la papa. Es urgente la creación de un Instituto Nacional de Investigación de la Papa, que se dedique a mejorar la calidad de las semillas, a desarrollar variedades más resistentes y a formar alianzas con universidades e instituciones de otros países. Este instituto debe ser una fuente de innovación y conocimiento, no solo para el desarrollo de mejores cultivos, sino también para la creación de nuevos productos derivados de la papa.
Además, debemos aprovechar nuestra fama internacional en la gastronomía para reposicionar la papa como un producto estrella en las cocinas del mundo. La gastronomía peruana ya está en la cima, pero para mantenerla ahí, es necesario un matrimonio entre ciencia y cocina, donde la tecnología juegue un papel clave para asegurar que la papa peruana sea vista como un producto premium a nivel global.
No podemos permitir que la papa, el símbolo de nuestra identidad agrícola y cultural, continúe su caída. La historia nos obliga a ser consecuentes con nuestro pasado, pero más aún, con nuestro futuro. Tenemos el poder de revertir esta situación, de devolverle a la papa su lugar de honor en el mundo. Pero para hacerlo, necesitamos que el gobierno, la academia y los sectores productivos se comprometan de una vez por todas.
La papa peruana no puede seguir siendo un tesoro olvidado. Es tiempo de actuar.
