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En Isfahan, en el centro de Irán, la policía dispersó a un grupo de manifestantes que protestaban contra la desecación del río Zayandeh-roud. El Gobierno culpa a la peor sequía en 50 años del país, sin embargo, activistas estarían señalando a la mala gobernanza.
Después de dos semanas de plantones en Isfahan, tercera ciudad de Irán, por la desecación de un río, la policía antidisturbios intervino para impedir las concentraciones.
La policía disparó aturdidoras, gases lacrimógenos e incluso manifestantes denunciaron el uso de perdigones. De esta forma se dispersó a la multitud que se concentraba en el cauce del río Zayandeh-roud, que atraviesa la ciudad. Según una agencia de noticias ligada al Gobierno, los manifestantes habrían arrojado piedras.
No se pudo determinar un número de detenidos y heridos; el jefe de policía de la provincia de Isfahan, Mohammad Reza Mirheidari, dijo que un número “indeterminado” de manifestantes y policía resultaron heridos, mientras que un número “limitado” fue detenido.
“Solía pasear por el cauce del río con amigos, pero hoy la policía antidisturbios está desplegada en gran número cerca del puente de Khajou y piden a la gente que evite la zona”, dijo una mujer de unos 50 años.
Antecedentes de la protesta
El día antes, el viernes 26 de noviembre, ya se habían presentado varios episodios de violencia que dejaron al menos dos heridos de gravedad. Los agricultores denuncian habitualmente actos violentos y de represión por parte de las autoridades en sus redes sociales.
Irán atraviesa un aumento de episodios de sequía. Desde el 9 de noviembre los residentes y agricultores de Isfahan han organizado manifestaciones casi a diario para alzar su voz en contra de la falta de agua que azota a la región desde hace varios años.
Los campesinos están frustrados por no haber podido regar sus cultivos de otoño, mientras la policía asegura que el movimiento fue tomado por “los oportunistas y los contrarrevolucionarios para deslegitimar la protesta y cometer actos violentos”.
Sin embargo, la sequía es solo una de las causas de las protestas: los ciudadanos también acusan a las autoridades de desviar el agua de Isfahan para abastecer a la vecina provincia de Yazd que también atraviesa una grave crisis de escasez de agua y suministros básicos.
¿Mala gestión del agua?
La sequía por el calentamiento global, que provocó la desaparición de varios glaciares en la provincia, se percibe como una de las causas del desecamiento del río Zayandeh-roud, que se encuentra seco desde el año 2000 exceptuando breves períodos de tiempo.
“Irán está experimentando cada vez más problemas de acceso al agua, y no solo está vinculado al calentamiento global sino a la mala gobernanza”, explicó Jonathan Piron, historiador especializado en Irán para el centro de investigación Etopía en Bruselas.
Estos problemas provienen de la construcción de grandes presas, cuyo objetivo es producir energía hidráulica y redistribuir el agua hacia las superficies agrícolas de otras regiones y hacia los grandes conglomerados siderúrgicos, ávidos de este cuerpo líquido.
La ciudad de Isfahan, además de estar ubicada en una de las principales regiones agrícolas de Irán, es un importante centro industrial. Los agricultores de la provincia dicen ser víctimas de estas industrias pesadas, acusadas de desperdiciar recursos naturales. Piden que industrias como la del acero se establezcan, de manera más lógica, en una zona costera, “y no en una provincia a kilómetros del mar”.
Sequía en todo el país
Los activistas ambientales intentaron alertar de la catástrofe ecológica, pero varios de ellos fueron arrestados en 2018 y condenados a diez años de prisión. “Es vergonzoso porque exigen transformaciones estructurales y políticas que van en contra de los intereses del sistema y por ende de la Guardia Revolucionaria ”, dijo también Jonathan Piron, analista e historiador de la situación de bienes en Irán.
En medio de las protestas en Isfahan, el presidente iraní, Ebrahim Raïssi, prometió el 11 de noviembre resolver el problema del agua que afecta a esta región y a la de Yazd. El líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei, ha llamado a este tema un “problema del país”, sin aludir a las manifestaciones.
Isfahan no es la única ciudad afectada por esta crisis de sequía. Cerca, en la provincia de Chahar Mahal-Bakhtiari, varios cientos de personas ya se habían manifestado el miércoles para exigir una solución a la escasez de agua potable. Según la televisión iraní, alrededor de 300 aldeas se abastecen en este momento por camiones cisterna.
Los agricultores de todo el país se han visto gravemente afectados por la escasez de agua durante la última década y las protestas se extienden por todo Irán. Este verano, los residentes de Juzestán, ubicado en el suroeste del país, sufrieron severos cortes de agua, por lo que la provincia también fue escenario de múltiples manifestaciones que han dejado varios muertos .
Con Reuters y AP