Pocos saben que el cuervo es uno de los animales más inteligentes que existen, situado apenas un escalón por debajo de los primates. Dicen que detectan amenazas antes que el resto de las especies y que no se arredran al combatir hasta contra las águilas imperiales. Indra estaba al tanto de las cualidades de este ave cuando bautizó Crow, traducción del córvido en inglés, uno de los sistema antidrones más avanzado del mundo. El prodigo se puso a prueba el pasado septiembre en unas maniobras organizadas por la Agencia de Información y Comunicaciones (NCIA) de la OTAN, realizadas en los Países Bajos. Su rendimiento causó sensación en las esferas militares ante la eficacia de la tecnología ‘Made in Spain‘ para neutralizar y repeler enjambres de aeronaves no tripuladas. Entre las fortalezas de estos desarrollos sobresale su capacidad para integrarse con 27 sensores y efectores de diferentes fabricantes de países aliados de Europa.
El poder destructivo de estas nuevas armas se pone de manifiesto estos días en los conflictos de Ucrania y Gaza, lo que exige el desarrollo no solo de interceptores eficaces, sino también interoperables con los blindajes de otros países amigos. Según ha informado la compañía a este periódico, Crow ha sido capaz de adaptarse a las peculiaridades de cada misión y tipo de ataque, para responder incluso a las nuevas generaciones de drones preparadas para resistir contramedidas.
Los test en los que participó Indra consistieron en ejercicios ‘ciegos’, conocidos como Desafío de Rendimiento (Performance challenge). En estas circunstancias de nula visibilidad, los sensores se abren paso con la ayuda de multitud de sensores y efectores. Otra importante ventaja que ofrece el sistema de Indra es su elevada usabilidad.De hecho, Crow ha sido utilizado por operadores militares que no habían recibido formación previa para manejarlo, sin que esto supusiese un problema. La sencilla instalación del complejo (plug&play, enchufa y usa), también facilita la integrar de tecnologías de diferente procedencia.
Además del nuevo sensor de radiofrecuencia, Indra probó en los mismos ejercicios la plena compatibilidad con el proyecto de Detección y Clasificación de Sistemas Aéreos no Tripulados mediante radio frecuencia (OTAN SET-204). Este sistema también utilizó el nuevo estándar de interoperabilidad OTAN para integrarse con otros sistemas de mando y control.
Entre otros mecanismos de defensa, Indra incorpora el último sensor al abanico de sistemas con los que ya cuenta Crow y que “incluyen radares de última generación, sistemas electroópticos, sistemas de defensa electrónica y ‘jammers’, es decir, sistemas que interfieren señales”, según explica la empresa presidida por Marc Murtra.
El radar de Crow permite detectar objetivos a largo alcance, monitorizar su traza y trabajar de forma continua sin interrupción. Envía en tiempo real la información recogida (posición, altitud y velocidad) al centro de mando, que la verifica fusionándola con los datos recogidos por otros sensores (Radio Frecuencia y Cámaras.
El responsable en Indra de esta solución, Juan López Campos, explicó que “el sistema de mando y control de Crow ofrece a cada ejército completa libertad para configurar el sistema que mejor responda a sus necesidades. La solución está preparada además para trabajar de forma combinada con los sistemas de mando y control de otros países aliados y para integrarse en la futura nube de combate”.
El sistema Crow ya ha demostrado sus prestaciones en misiones reales, como la que llevó a cabo el Ejército del Aire español en Mali, donde protegió a las tropas españolas. Otras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han utilizado este mismo sistema para proteger el espacio aéreo en grandes convenciones y eventos internacionales, como en la cumbre de la OTAN celebrada el año pasado en Madrid, donde blindó de estos artefactos a los presidentes y jefes de estado que aterrizaron en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz en junio de 2022.
Fuentes de la empresa explican que cuando una posible amenaza entra en una “Zona de Clasificación”, el sistema de mando y control ordena automáticamente al sistema electroóptico (EOS) que busque, encuentre y rastree la amenaza según las coordenadas de la pista. La búsqueda se inicia mediante el análisis de imágenes visibles y térmicas en busca de amenazas potenciales. Una vez confirmada la presencia de la amenaza, el sistema EOS la rastrea automáticamente y la clasifica mediante el procesamiento de reconocimiento de imágenes frente a una biblioteca de amenazas de UAS potenciada por técnicas de IA”.
El sistema de mando y control también permiten que la identificación de la amenaza (amigo/enemigo) sea automática, a través de reglas y automatismos (por ejemplo, usando lista blanca/lista negra para distinguir aeronaves autorizadas de las que no lo son) o manualmente por el operador.Con motivo de ese aplicación preventiva, Indra explicó que sus sistemas antidrón “son una tecnología muy compleja”, ya que requiere el uso combinado de diferentes sistemas que deben trabajar de forma conjunta con total precisión a una enorme velocidad.
En este sentido, Indra dispone de “la ventaja que le aporta ser uno de los principales fabricantes de radares del mundo, un líder en sistema de defensa electrónica y mando y control y una empresa pionera en el desarrollo de todo tipo de sistemas de radiofrecuencia, posicionamiento y comunicaciones”.
Al mismo tiempo, añadió la compañía, el gigante español de la defensa “es un fabricante de drones que cuenta con una familia propia de vehículos no tripulados, lo que le confiere un conocimiento profundo de los sistemas que emplea y de cómo neutralizarlos. Solamente de esta forma es posible poner en el mercado una solución crítica como esta, que todos los aeropuertos del mundo, instalaciones industriales y edificios públicos deberán incorporar en los próximos años y que las Fuerzas Armadas están utilizando ya para protegerse en zonas de conflicto”.