Este jueves, la junta directiva del Banco de la República de Colombia decidió reducir nuevamente sus tasas de interés en 50 puntos básicos, llevándolas a 9,75%. La decisión estuvo dividida: cuatro directores votaron a favor de una reducción de 50 puntos, mientras que tres se inclinaron por un recorte mayor de 75 puntos básicos.
Este ajuste representa el octavo descenso consecutivo desde que el Banco inició su ciclo de bajas en diciembre de 2023, cuando las tasas estaban en 13,25 %. Este proceso de reducción se enmarca en la política del Banco de controlar la inflación, un tema que se ha mantenido en la agenda desde el repunte inflacionario que comenzó tras los efectos económicos de la pandemia en 2021.
El mercado esperaba una nueva reducción de tasas, pero existía incertidumbre sobre la magnitud del recorte. Algunos analistas, incluidos los consultados en la Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo y la Encuesta de Expectativas de Banrep, esperaban un ajuste más amplio de 75 puntos básicos. Sin embargo, el Banco mantuvo el enfoque moderado de sus últimos seis ajustes, todos en el rango de 50 puntos básicos.
En su análisis, la junta consideró la inflación de septiembre, el crecimiento económico y la incertidumbre fiscal, y factores externos como el incremento en la tasa de cambio frente al dólar —hoy superó los $4.400—, la incertidumbre política de las elecciones y las tasas de la Reserva Federal. Estos elementos influyeron en la decisión de un ajuste cauteloso, dado que el contexto económico sigue siendo incierto.
El gerente del Emisor, Leonardo Villar, dijo que se necesita disminuir más la inflación para que las tasas continúen en caída.
Hasta ahora, la medida preferida por el Banco para recortar sus tasas ha sido de 50 puntos básicos, decisión que se aplicó en las últimas seis decisiones; en los dos primeros ajustes a la baja (diciembre de 2023 y enero de este año) esta cifra fue de 25 puntos básicos.
La inflación sigue en la mira
El descenso en las tasas de interés está estrechamente vinculado a la evolución de la inflación, que ha mostrado una tendencia a la baja desde finales de 2023. Este descenso que empezó el Banco en diciembre del año pasado refleja, a su vez, el camino que ha ido tomando la inflación en Colombia, que para este punto acumula más de un año de descensos, lo que permite hablar de una tendencia clara hacia la baja.
En septiembre, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró una variación anual de 5,81%, la más baja desde diciembre de 2021, cuando se ubicó en 5,62%. Según la directora del DANE, Piedad Urdinola, el resultado de septiembre indica que la inflación mantiene un ritmo de descenso sostenido.
Este ajuste en los precios disipa las preocupaciones sobre un posible impacto inflacionario del reciente paro camionero, el cual generó problemas de abastecimiento en alimentos y combustibles. El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, explicó que el paro no generó un efecto relevante en la inflación, ya que el IPC solo registró un aumento mensual de 0,24% en septiembre.
Por su parte, la directora del DANE dijo que, dado que el paro duró poco (cuatro días), es difícil analizar las posibles afectaciones en los precios y que, de todas formas, el IPC mide las variaciones, pero no permite determinar las causas. “Para nosotros no es posible determinar qué efecto tuvo el paro”. Sin embargo, para algunos analistas es claro que los bloqueos no generaron mayor afectación.
Bonilla también destacó que el incremento en el precio del diésel no generó “el efecto catastrófico” del que se habló en algún momento, pues la división transporte solo aportó 0,03 puntos a la inflación mensual.
Así las cosas, la inflación ha ido torciendo el brazo y, a pesar de algunas anomalías, pareciera haber retomado un ritmo de bajada más estable y rápido.
De cara al futuro, el Gobierno estima que la inflación alcanzará el objetivo de 3 % para mediados de 2025, cifra que el Banco de la República considera ideal y que se mantendría hasta 2035, según el Marco Fiscal de Mediano Plazo.
Para entender cómo afectan estas decisiones de tasas al consumo y a la economía diaria, conviene ver las tasas de interés como un engranaje clave que influye en toda la cadena económica.
El Banco de la República, como banco central, establece la tasa de interés que otros bancos deben tener en cuenta cuando deciden los costos de sus créditos. Así, si el Banco sube las tasas, el crédito para ciudadanos y empresas se vuelve más caro, desincentivando el endeudamiento y, en teoría, reduciendo el consumo. Esta reducción en el consumo puede moderar la demanda de bienes y servicios, lo que ayuda a estabilizar o reducir los precios y, por tanto, la inflación.
Por otro lado, cuando el Banco baja las tasas, los créditos se abaratan, lo que incentiva el gasto y la inversión. En este caso, el Banco optó por mantener un recorte progresivo en las tasas de interés, buscando un equilibrio que permita el crecimiento de la economía sin perder de vista el control de la inflación.