Todos los sondeos apuntan a que las elecciones de Estados Unidos que se celebran este martes serán las más igualadas de la historia, y apenas un puñado de votos en diferentes territorios, como los swing states, decidirán la carrera presidencial entre Kamala Harris y Donald Trump. Ambos candidatos han recorrido todo el país buscando el voto en los estados clave, tratando de convencer a diferentes colectivos que, aunque minoritarios, pueden acabar decidiendo la Casa Blanca.
Uno de esos votos ‘ocultos’ es el de los nativos americanos, una población de más de 5 millones de personas presente en varios estados clave y cuyos votos podrían decidir la presidencia justo cuando se cumplen 100 años desde que se les concedió el derecho a participar en las elecciones.
No es casualidad que, en el último mes de campaña, el equipo de Kamala Harris haya invertido 370 millones de dólares en campañas publicitarias en varias reservas indias, o que hace unas semanas el presidente Biden ofreciese una disculpa histórica a los nativos por las atrocidades cometidas en internados federales contra niños indígenas. Los demócratas son conscientes de que el voto indio, más de 1,8 millones de sufragios, son la llave de la victoria en dos estados clave: Wisconsin y, especialmente, Arizona.
En esos dos estados, Wisconsin y Arizona, Joe Biden ganó en 2020 por 20.600 votos (0,6% del escrutinio) y apenas 10.500 votos (0,3%) respectivamente. Apenas 30.000 votos que valieron 21 delegados electorales y, en definitiva, la Casa Blanca. Los expertos atribuyen en Arizona al voto de la Nación de los Navajos, la mayor comunidad nativa de todo el país, una influencia fundamental en el resultado final, según informa AP
Lo mismo ocurre con otras tribus como los Ojibwe, los Menominee o los Oneida en Wisconsin, así como otros pueblos nativos de Norteamérica en los estados de Nevada, Michigan, Minnesota, Oklahoma, Nuevo México o Carolina del Norte: el voto ‘indio’ es un caladero de votos para los demócratas en un mundo rural proclive a compartir valores e ideología con los republicanos.
Y es que movilizar el voto de los nativos americanos puede ser fundamental para los demócratas en unas elecciones tan ajustadas: los expertos aseguran que es un electorado más proclive a votar a los demócratas, mientras que los republicanos, y en especial Donald Trump, no son especialmente populares en las tribus indígenas. Además, Harris hereda la buena sintonía de las reservas indias con las políticas de las administraciones de Obama y Biden.
Sin embargo, y aunque no forma parte de sus potenciales votantes, Trump si se ha referido a las naciones indígenas durante su campaña, y el senador republicano de origen nativo Markwayne Mullin, de Oklahoma, ha hecho campaña por el expresidente en las reservas de Carolina del Norte, un swing state que se decidió por poco más de 74.000 votos para el magnate neoyorquino.
Los nativos americanos están presentes en la vida política estadounidense a través de asociaciones como IllumiNative, que pretenden aumentar su visibilidad. Su directora ejecutiva, Crystal Echo Hawk, apunta a que el compromiso de Harris con la soberanía tribal, los tratados indios suscritos por Estados Unidos y sus políticas de protección ambiental son cuestiones que inclinan el voto ‘indio’ hacia los demócratas, un factor que podría terminar decidiendo las elecciones.
Aunque su presencia en la vida pública es reducida, los nativos americanos están lejos de ser un ‘eco del pasado’ en Estados Unidos: durante principios y mediados del siglo XIX, las tribus fueron desplazadas hacia el oeste del Misisipi en lo que se bautizó como la Ley del Traslado Forzoso, y que los nativos recuerdan como el llamado ‘Sendero de Lágrimas’.
Desde entonces, y especialmente tras la guerra de Secesión, los tratados indios permiten a las tribus y naciones indígenas autogobernarse en sus propios territorios dentro de Estados Unidos, reconocidas legalmente como “naciones dependientes domésticas”. Desde 1924 les es reconocida la nacionalidad estadounidense.
Cada voto cuenta en las elecciones de Estados Unidos, especialmente en situaciones tan ajustadas como las de este 2024, en las que las reservas indias tendrán un voto decisivo, centrando en proteger sus derechos y hacer sentir su voz en una nación marcada por su legado a través de los siglos.