Josep Borrell termina este viernes su mandato como Alto Representante de la UE, y el lunes dejará el puesto en manos de la estonia Kaja Kallas. El español dice que se va de su puesto de vicepresidente de la Comisión “frustrado” por no parar la guerra en Gaza, donde se viene “reclamando un alto el fuego desde hace mucho tiempo” además de la defensa de los dos Estados para Israel y Palestina. “Me voy de Bruselas con una gigantesca frustración por la incapacidad de todos para parar esta masacre”, sentenció en una entrevista en RNE.
Por otro lado, el jefe saliente de la diplomacia europea no ve demasiado firme la tregua firmada por el Gobierno de Netanyahu para el Líbano, que comenzó hace ya un par de días. “Por lo menos no va a llevar un cortejo de muertos y destrucción”, sostuvo, siendo consciente de que es mejor este paso que no dar ninguno.
Para Kallas la gran prioridad, tal como ha dejado claro ya, será la ayuda a Ucrania, pero Borrell no es optimista en este sentido. “En Ucrania las cosas van peor, no podemos estar satisfechos de cómo van las cosas”, aseveró, e incluso pese a eso insiste en que el apoyo a Kiev y al Gobierno de Zelenski tiene que ser irrenunciable: “Si se deja de ayudar a Ucrania, esta no podrá defenderse y la guerra se acaba. Yo no quiero que esa sea la forma de acabar esa guerra. ¿Trump la quiere acabar así? ¿Tiene otra solución?”, se preguntó el dirigente español.
En los próximos años, en ese escenario, la UE tiene que cambiar su ‘forma de ser’. Sí o sí. “Los europeos no podemos seguir pensando que somos el centro del mundo. Hace tiempo que no lo somos, hay que espabilar. La guerra de Ucrania fue un despertar”, resumió un Borrell que lleva todo el lustro reiterando que la Unión tiene que ser más autónoma respecto a Rusia, China y también Estados Unidos.
Ya este martes, en un discurso en el Brussels Institute for Geopolitics, Borrell puso el foco sobre Ucrania como asunto clave para el desarrollo de la UE, y reconoció que “nadie sabe” qué pasará si EEUU corta el respaldo a Kiev con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca de nuevo. “Este es el gran elefante en la sala. Es la pregunta. ¿Qué harían los europeos si la nueva administración estadounidense no sigue apoyando a Ucrania”, se cuestionó.