Jayson Tatum, estrella de los Boston Celtics de 26 años, ha concedido una entrevista a Forbes en la que repasa su dura infancia en St Louis junto a su madre, Brandy Cole, quien le tuvo cuando aun era muy joven.
“Era una cría que había tenido un crío. Estaba en su primer año de universidad, intentando llegar a fin de mes, viviendo al día. Así fue mientras yo crecía”, arranca diciendo el deportista.
Tatum, considerado uno de los mejores jugadores de baloncesto del mundo, explica los problemas a los que se enfrentaron entones: “Casi nos desahucian de casa y teníamos que pedir comida a los vecinos para que yo pudiera comer algo. Ella se aseguraba de que yo pudiera comer. Pasar por todo eso hizo que nuestro vínculo fuera mucho más fuerte”.
Para el alero, la figura de su madre es la más importante en su vida: “Es la clave de que yo haya tenido éxito. Sigue siendo mi mejor amiga. Soy un niño de mamá, ella es mi superheroína”.
Tatum considera que ella “lo sacrificó todo para que su hijo pudiera perseguir su sueño. Es la persona más trabajadora que he conocido. Nunca pone excusas, su amor siempre ha sido incondicional pero también ha sido la más crítica”.