Atahualpa, el guerrero incansable nacido en las tierras de Quito, viaja hacia la capital del imperio Inca, el Cuzco. Llega no solo para rendir homenaje a su padre, Huayna Cápac, quien se encuentra gravemente enfermo, sino para conocer por primera vez a sus hermanos, entre ellos Huáscar, el heredero legítimo del imperio. Sin embargo, en sus venas corre la ambición de un líder, de un guerrero que ha conocido la guerra y la expansión del imperio hacia el norte, hasta las tierras que hoy conocemos como Colombia. En el Cuzco, Atahualpa se enfrentará no solo al desafío de conocer a su familia, sino también a los conflictos internos que definirán el destino de los Andes, justo antes de que el sol del Imperio Inca comience a apagarse.
Capítulo 1: El Hijo de Quito
Atahualpa ha vivido toda su vida en la provincia de Quito, en lo que hoy sería Ecuador, gobernado por su madre. Desde joven, se entrenó como guerrero, extendiendo el imperio hacia el norte, donde conquistó tierras hasta las fronteras de Colombia. A lo largo de su vida, Atahualpa ha librado batallas, visto morir a miles, y ha ganado la gloria y el respeto de su pueblo. Sus victorias en la guerra han sido la base de su poder.
Sin embargo, a pesar de su éxito militar, nunca ha conocido al Cuzco. Su madre, consciente de la importancia del imperio, le ha hablado siempre de la magnificencia de la capital, pero Atahualpa no sabe qué esperar de la corte real, ni cómo será recibido. Después de enterarse de la enfermedad de su padre, Huayna Cápac, el gran emperador, decide viajar al Cuzco para rendir homenaje a su padre y conocer a sus hermanos.
Capítulo 2: El Cuzco: La Ciudad del Sol
Atahualpa llega al Cuzco, un lugar que le parece tan extraño y ajeno, pero también fascinante. A medida que se acerca, se siente abrumado por la magnificencia de la ciudad, con sus templos dorados y su arquitectura monumental. Pero al mismo tiempo, se da cuenta de las tensiones que se ocultan tras la apariencia de estabilidad.
Al encontrarse con su hermano Huáscar, el heredero legítimo, Atahualpa percibe de inmediato la diferencia entre ellos. Huáscar, aunque nacido para ser el próximo emperador, es un joven sin experiencia en la guerra. Ha sido educado en el lujo de la corte, donde la diplomacia y las artes son más importantes que la estrategia militar. Huáscar es idealista, pero carece de la dureza que Atahualpa ha forjado en las montañas y campos de batalla del norte.
Capítulo 3: La Corte del Sol
En el Cuzco, Atahualpa es recibido con una mezcla de honor y cautela. Aunque es hijo de Huayna Cápac, su relación con la corte es distante. Mientras él se siente atraído por las riquezas y el poder del lugar, no puede evitar notar la fragilidad de la situación. La enfermedad de su padre ha dejado un vacío de poder que todos los nobles, guerreros y sacerdotes parecen querer llenar. Huáscar, al ser el legítimo sucesor, enfrenta presiones externas, pero su falta de experiencia y el desconocimiento de la guerra lo colocan en una posición vulnerable.
Atahualpa se adapta rápidamente a la corte, aprendiendo de los protocolos y costumbres, pero su naturaleza guerrera y su sed de poder lo hacen desconfiar de los que lo rodean. No tiene interés en la diplomacia: su mente está enfocada en la guerra, en el control del imperio, y en cómo puede tomar el lugar que por derecho le corresponde.
Capítulo 4: El Guerrero y el Heredero
En una conversación privada, Atahualpa confronta a Huáscar, quien intenta mostrarle el rol que le corresponde como hijo mayor. Atahualpa, sin embargo, es claro: su experiencia en las guerras del norte, la consolidación de territorios hasta las tierras de los quimbayas, y sus victorias le otorgan más derecho al trono que a su hermano, quien nunca ha estado en el campo de batalla. La tensión entre los dos crece, aunque aún no se desata abiertamente. Atahualpa, por su parte, se siente indignado por la falta de preparación de Huáscar, y empieza a tramar su ascenso.
Capítulo 5: La Conspiración del Sol
Atahualpa empieza a ganar adeptos entre los generales y guerreros del norte, quienes lo ven como el líder natural del imperio. En secreto, algunos apoyan su ascenso, confiados en que su experiencia y fortaleza militar son lo que el Imperio Inca necesita para mantenerse intacto. A pesar de su creciente poder, Atahualpa sigue siendo un hombre de honor, que respeta la tradición, pero también está dispuesto a luchar por su derecho.
Epílogo: El Sol en el Horizonte
El Cuzco, lleno de tensiones internas, se prepara para el conflicto. Atahualpa y Huáscar se enfrentan en una batalla que no solo pondrá en juego el futuro del imperio, sino también el destino de una familia rota por la ambición, la guerra y la traición. Pero el verdadero conflicto está por venir: el imperio Inca, debilitado por su lucha interna, será incapaz de resistir la llegada de los conquistadores españoles, quienes arrasarán con todo lo que los hermanos trataron de preservar.
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