La frase “Houston a X persona o nave”, alude a las comunicaciones que a finales de la década del 60, todos los peruanos escuchamos por televisión cuando el Apolo 11 llegó a la Luna. Posteriormente, la sabiduría popular usó la misma terminología para llamar la atención a los distraídos que “están en la Luna”.
Podemos usarla entonces para llamar la atención del presidente en ejercicio quien parce no darse cuenta que lo quieren vacar. ¡Houston a Presidente Castillo, lo quieren vacar!, debe ser el aviso que alguien debe hacer llegar a palacio de gobierno a ver si se corrigen los innumerables errores que cotidianamente comete el gobernante.
Por supuesto que sabemos que desde el primer día de haber sido electo, la derecha bruta y achorada lo quiere fuera de palacio, eso no está en discusión, como tampoco se soslaya la campaña concertada de casi todos los medios de comunicación y sectores empresariales con el mismo objetivo.
Pero justamente por esas razones, es que la labor del presidente, debe ser lo más prolija y transparente posible. No basta con ser la mujer del César, sino parecerlo y padecerlo también.
La derecha necesita convencer a una masa crítica de nuestra población, que este gobierno es un desastre, además de corrupto. El cuento del comunismo y la falta de libertades y expropiaciones, ya no pega, menos en el interior del país, el cambio de estrategia de la derecha, ha sido atacar por el flaco de los negociados o reuniones, sometiendo al presidente a un reglaje de inteligencia nunca antes visto en la historia del país.
Llama la atención la absoluta ineficacia de los encargados de la seguridad presidencial ¿Quién dirige seguridad del estado? ¿Para quién trabaja? ¿Para los vacadores?
Si el presidente no recompone su equipo de asesores, no mejora su seguridad personal y no pasa a la contraofensiva en cuanto a la seguridad ciudadana, para demostrar que algo está cambiando en el Perú, le hace un inmenso favor a la derecha peruana.
El llamado entonces es pertinente: HOUSTON A PRESIDENTE CASTILLO, LO QUIEREN VACAR.
H. ASENJO
