Raphinha y Lamine Yamal dieron este martes un recital de fútbol en Montjuic para aplacar a un Benfica que apenas tuvo tiempo para soñar con la remontada. El rodillo blaugrana volvió a pasar por encima de su oponente y el equipo de Hansi Flick ya espera rival en cuartos.
El minuto de silencio por la muerte de Carles Miñarro acaparó los focos en la previa de un partido que los jugadores querían resolver con una victoria que dedicar al médico. Se percibió en la voluntad de un equipo lanzado hacia adelante sin ganas de especular con el resultado de la ida.
Enfrente, el combinado visitante salió también sin complejos, aunque demasiado imprudente atrás. Así, rápidamente encontró el Barça el espacio para abrir la lata. Lamine Yamal arrancó desde tres cuartos de campo, se colocó en la frontal y lanzó un pase perfecto a un Raphinha que solo tuvo que remachar en el área pequeña.
El rápido golpe prometía un partido tranquilo para los culés, pero la rápida reacción del Benfica, dos minutos después, frenó las celebraciones anticipadas. Fue en un córner en el que nadie fijó la marca de Nicolás Otamendi, solo para rematar a placer de cabeza ante un Szczęsny abandonado a su suerte.
La breve pausa para los practicantes del Ramadán inició un nuevo guion de partido. Regresó el asedio culé con ocasiones claras de De Jong y Raphinha, aunque fue Lamine, con un suave y exquisito tiro con rosca desde la frontal, el que celebró el segundo tanto de los locales.
Presionado en cada intento de salida, el Benfica se ahogó en la Ciudad Condal y no encontró más oportunidad que un mano a mano de Pavlidis —en fuera de juego— resuelto por el griego con un tiro a la cruceta.
Trubin salvó a los suyos en un mano a mano con Lewandowski, pero nada pudo hacer con un tiro cruzado de Raphinha al borde del descanso que supuso el hundimiento total de ‘las águilas’. El brasileño está entonado y lo volvió a demostrar poniendo el broche de oro a una contra perfecta de Balde.
El Benfica necesitaba una reacción rápida y la rozó en la reanudación tras el paso por vestuarios. Aursnes se lanzó al suelo para rematar dentro de la meta de Szczęsny un buen pase lateral de Pavlidis, pero el griego venía de posición antirreglamentaria en el desmarque previo y el gol no subió al marcador.
Poca tensión hubo a partir de esa ocasión en un partido que pudo acabar en goleada culé. De Jong se precipitó en un pase cruzado de Koundé y le arrebató a Raphinha el triplete en un remate que se marchó fuera.
También probaron suerte Ferran y Gavi, incorporados en la segunda parte, pero tuvieron la misma fortuna que Dahl y Amdouni de cara a la portería culé. Ninguna.
Con ‘olés’ de la grada tras cada pase completado cerró el Barça otro triunfal partido con el que sumar otra buena dosis de esperanza a la hinchada blaugrana. El equipo ya está entre los ocho mejores del continente.
