Mientras La Libertad se hunde en el caos, su presidente regional, César Acuña, parece vivir en otra realidad. En un acto que raya en la insensibilidad y el abandono de funciones, Acuña ha decidido tomarse una semana de vacaciones del 6 al 15 de marzo, dejando a su región sumida en una crisis múltiple: inseguridad desbordada, lluvias torrenciales, huaicos y deslizamientos que han dejado a miles de familias en la desesperación. ¿Hasta cuándo toleraremos que nuestros líderes prioricen su comodidad sobre el sufrimiento de su pueblo?
La Libertad: Una región abandonada
La Libertad no solo enfrenta una ola de inseguridad que ha convertido las calles en un campo de batalla, con más de 205 crímenes cometidos por sicarios en 2023 y una escalada de extorsiones que aterroriza a comerciantes y ciudadanos. Ahora, la naturaleza también ha golpeado con fuerza: las lluvias torrenciales, los huaicos y los desbordes de ríos han dejado a su paso destrucción, damnificados y comunidades enteras al borde del colapso. ¿Dónde está el líder que debería estar al frente de esta emergencia? Ausente. Una vez más.
Acuña: El rey de las ausencias
César Acuña no es nuevo en esto. Desde que asumió el cargo, ha acumulado más de 120 días fuera de sus funciones, como si gobernar fuera un hobby y no una responsabilidad. Mientras su gente sufre, él elige viajar y descansar, dejando el peso de la crisis en manos de la vicegobernadora Joana del Rosario Cabrera Pimentel. ¿Es este el liderazgo que La Libertad merece? ¿Un hombre que huye cuando más se le necesita?
La indignación que no se ve
Lo más preocupante no es solo la irresponsabilidad de Acuña, sino la aparente indiferencia de una sociedad que, pese a todo, no reacciona con la fuerza necesaria. ¿Cómo es posible que toleremos que nuestros gobernantes nos abandonen en los momentos más críticos? ¿Dónde está la indignación colectiva que debería exigir cuentas y demandar un cambio? Parece que nos hemos acostumbrado a la mediocridad, a la falta de vergüenza, a los líderes que priorizan sus intereses personales sobre el bien común.
Un llamado a la acción
La Libertad no puede seguir siendo rehén de la incompetencia y el desinterés. Es hora de que los ciudadanos alcen la voz, de que exijamos a nuestros líderes que cumplan con su deber. No podemos permitir que César Acuña, o cualquier otro funcionario, siga evadiendo sus responsabilidades mientras su región se desmorona. La tolerancia ante la irresponsabilidad es cómplice del fracaso.
César Acuña no solo ha abandonado su cargo; ha abandonado a su gente. Sus vacaciones en medio de la crisis son una bofetada para todos los liberteños que luchan día a día contra la inseguridad, los desastres naturales y la desesperanza. Es momento de decir ¡basta! Basta de líderes sinvergüenzas, basta de abandono, basta de tolerar lo intolerable. La Libertad merece más, y es hora de exigirlo.
