El sector tecnológico tiene muchas carreras abiertas, es decir, las distintas naciones y empresas tienen varios frentes abiertos donde compiten por desarrollar las mejores y más desarrolladas tecnologías. Por jeemplo, está la carrera por la IA, que parece que China lleva la ventaja y también está la del ordenador cuántico, que según parece el gigante asiático también está liderando.
O por lo menos eso es lo que refleja la revista Physical Review Letters, que comparando los últimos resultados del supercomputador cuántico de Google, Willow, con el prototipo de computadora cuántica superconductora denominado “Zuchongzhi 3.0” presentado a principios de marzo por científicos de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China (USTC) muestra que el sistema chino supone un nuevo récord en la ventaja computacional cuántica dentro de los sistemas superconductores.
“Zuchongzhi 3.0″ cuenta con 105 qubits legibles y 182 acopladores. Procesa tareas de muestreo de circuitos aleatorios cuánticos a una velocidad un cuatrillón de veces superior a la de la supercomputadora más potente del mundo y un millón de veces superior a los últimos resultados de Google publicados en Nature en octubre de 2024.
La ventaja computacional cuántica, también conocida como “supremacía cuántica”, se refiere al punto en el que las computadoras cuánticas superan a las supercomputadoras clásicas más avanzadas en tareas específicas. Esta representa una base fundamental para las aplicaciones a corto plazo y la corrección de errores cuánticos escalable, ambas esenciales para el futuro de la computación cuántica práctica.
El equipo de investigación de “Zuchongzhi 3.0” está explorando activamente varias direcciones, incluidas la corrección de errores cuánticos, el entrelazamiento cuántico, la simulación cuántica y la química cuántica.
Según uno de los autores, Zhu Xiaobo, experto en física de la materia condensada en el Instituto de Física de la Academia de Ciencias de China, el equipo está realizando actualmente una investigación de corrección de errores de código de superficie con una distancia de código de 7. Después de lograr avances, la ampliarán a 9 y 11, allanando el camino para la integración y el control de cúbits cuánticos a gran escala.
Con este anuncio, China da un golpe sobre la mesa y se coloca en primera posición en la industria de la computación cuántica, con un superodenador que en principio supera con creces la potencia del segundo más potente del mundo.