AeroMobil fue una de las primeras empresas en aventurarse a imaginar cómo sería el futuro de los coches voladores. En 2010 presentó el primer prototipo y durante esta última década el concepto ha evolucionado de manera importante.
La compañía tiene más que claro cuál es su objetivo: convertirse en la primera en poner a la venta un coche que vuelve de verdad. ¿Cuándo será eso? El mayor problema lo pone la legislación, que en muchas ocasiones ni existe para este tipo de vehículos, pero la entidad apunta a 2023 para alcanzar el hito.
Ahora bien, está por verse si cumplirá con la programación, porque hay que recordar que iba a ver la luz originalmente en 2017, algo que se ha ido retrasando una y otra vez. Con las previsiones actuales, las primeras entregas apuntan a 2025.
Son muchas las compañías que están inmersas en este proceso, pero cierto es que aunque hablemos de coches voladores en general, la inmensa mayoría de ellas se están dedicando a hacer drones de gran tamaño que en realidad poco o nada tienen que ver con los automóviles.
Por eso el vehículo de la compañía eslovaca se desmarca del resto, ya que el AeroMobil AM 4.0 (sí, actualmente se encuentra ya por su cuarta evolución) es un coche que puede circular y, gracias a los sistemas de los que dispone, alzar el vuelo cuando el conductor/piloto así quiera.
Sus cifras son bastante llamativas: puede despegar en 400 metros, aterrizar en 300, tiene un motor gasolina turbo con sistema híbrido que entrega 300 CV, alcanza 160 km/h en tierra y 260 km/h en el aire, y tiene un alcance de 520 km si circula y 740 si vuela.
Todavía está por ver si AeroMobil conseguirá convertirse en la primera empresa que vende un coche volador, pero hay un hito que no podrá lograr: hacer el primer viaje con uno de ellos, algo que consiguió Aircar el pasado verano.
