Son varios años, que muchos países principalmente de Latinoamérica, venimos sintiendo los efectos de la migración de los hermanos venezolanos, nuestras economías con altos grados de desempleo, informalidad, tienen el impacto de una presencia numerosa adicional de personas en busca de trabajo, obviamente los niveles de desempleo se incrementan y con ello la reacción de los nacionales que viven ese drama permanente , sin ponderar los otros problemas sociales que se dan con algunos migrantes, vinculados principalmente a la delincuencia común, pero que hay una tendencia en la gente y en los medios por generalizar, propiciando un sentimiento negativo que debemos parar.
La migración, la pandemia y los problemas que han venido con ella, vienen generando una tremenda crisis, que se expresa en lo político, económico, sanitario y social, el gobierno no responde con solvencia a ellos y es en la sociedad donde tienen cultivo los diversos sentimientos, algunas alimentando alternativas extremistas, por lo que urge buscar salidas positivas, constructivas y lógicas a esta situación, no solo porque hay que prevenir otros problemas, sino encontrar la lógica de las soluciones que son fáciles de encontrar en la medida que son decisiones eminentemente políticas y corresponden a los países involucrados parar la equivocada medida de embargo extremo.
Nuestras sociedades tienen que enfrentar esos fenómenos para los que no estaban preparados y no es tarde para buscar salidas y soluciones a esos problemas; la pandemia tiene otra naturaleza y allí hay otras soluciones, pero al problema de la migración, tenemos que verla de otra manera, esta tiene otra explicación y otro origen, porque responden a problemas políticos internos y a las medidas que adoptan otros países interfiriendo en los asuntos internos de otros, sin interesarles los problemas sociales que generan, sino lograr sus objetivos de propinar sanciones, con la finalidad de obtener resultados de carácter político, estrangulando en ese camino las economías de los países sancionados, arrinconando a sus gobiernos, hasta derrocarlos.
Venezuela es un país rico, tiene petróleo, minerales, tiene los recursos, las condiciones para recuperarse en corto tiempo, basta que venda una cantidad de petróleo y los dólares ingresaran recuperando la economía, cualquier otro país, con la contundencia de ese bloqueo ya hubiera sucumbido, si está soportando es porque tiene el apoyo de una buena parte de la población y de las Fuerzas Armadas, una institución ideologizada en el nacionalismo venezolano una tradición histórica en ellos.
El desbloqueo a Venezuela, es la llave maestra para que los hermanos venezolanos, retornen a su país, una mejoría significativa de su economía es la condición para que el retorno sea masivo e inminente. Las condiciones para el florecimiento nuevamente de Venezuela son altas, dada los recursos que ese país dispone y por eso la tentación de muchos intereses extranjeros en tenerlo controlado en alianza con sectores venezolanos hoy enemigos del actual gobierno.
Nos interesa a los latinoamericanos exigir el desbloqueo de Venezuela y dejarlos a ellos resolver sus problemas internos en los mejores términos, pero que sean ellos y no una crisis inducida las que determinen el rumbo de sus destinos. Que dado los interese que se mueven en ella, buscan que las salidas sean del gusto de los interese foráneos y no necesariamente de los propios venezolanos.
Que la sensatez se imponga, que cese la intromisión en los problemas de ese país, que sean ellos los que encuentren la salida a sus problemas, que pronto las familias venezolanas se rencuentren, recuperan su vida y su destino y así no sean estos hermanos los que tengan que servir como chivos expiatorios, de los problemas sociales, económicos, de seguridad que atraviesan nuestros países. Por otro lado no está en cuestión la migración voluntaria, viable, libre, bienvenidas sean en una dirección y otra. Nos parece injusta la migración cuasi obligada por las condiciones extremas impuestas.
Abrigamos la esperanza de una solución razonada, equilibrada y negociada, cualquier imposición unilateral, alargará el sufrimiento de un pueblo que no se merece esta situación.
Maco.
